Crítica 'Submarine'

Un periscopio para el amor

Submarine. Comedia romántica, Reino Unido, 2010, 96 min. Dirección y guión: David Ayoade. Fotografía: Eric Wilson. Música: Andrew Hawitt. Intérpretes: Craig Roberts, Yasmin Paige, Sally Hawkins, Paddy Considine, Noah Taylor, Darren Evans.

Con un ojo en la estética de la nouvelle vague o el free cinema más desenfadados y juveniles y otro en el Wes Anderson de Academia Rushmore, David Ayoade, curtido hasta ahora en el videoclip, debuta con esta adaptación de una novela de iniciación adolescente de Joe Dunthorne.

Con una generosa paleta de colores, elementos y canciones pop, un montaje juguetón y otros recursos en la línea retro-cool, Submarine quiere sumar adhesiones generacionales citando a Godard o Truffaut pero tan sólo en sus marcas más superficiales. La película no deja de ser una clásica comedia romántica generacional y autoconsciente sobre las dudas y decepciones del primer amor y la búsqueda de la identidad de un joven rarito y solitario en una pequeña localidad de Gales, pretexto para el trazado de un pintoresco grupo de personajes, de los padres tristones al vecino místico, pasando por la novia rebelde con corte de pelo a lo Anna Karina, tipos que Ayoade maneja con indudable empatía, cariño y desparpajo.

Vistosa y ligera en su despliegue de detalles, Submarine se quiere entroncar con una tradición que, posiblemente, lastre demasiado sus imágenes y sonidos de segunda mano, por más que su pequeño poso de amargura y su melancólica celebración de la diferencia resulten indudablemente atractivos para el ojo joven y desentrenado.

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