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Borrón y cuenta nueva

  • Llega a las librerías el primer volumen de las nuevas aventuras del trepamuros favorito de los cómics, Spiderman

Spiderman, de nuevo en acción.

Spiderman, de nuevo en acción.

Me tengo que sincerar con vosotros, no hay otra. Llevo años, muchos años, que no me llevo a la retina un tebeo protagonizado por Peter Parker. Y es curioso que esto me haya pasado, ya que dentro del universo superheroico de la Casa de la Ideas, Spiderman siempre ha sido, y será, mi personaje favorito desde que no levantaba un palmo del suelo y mi primo me permitía leer los ya vetustos tomitos publicados por editorial Vértice, con aquellas apasionantes historias creadas por Stan Lee, Steve Ditko, John Romita…

Tramas enrevesadas, la discontinua continuidad, personajes que morían y volvían, resucitados en la siguiente página y, sobre todo, una pérdida total de empatía con aquel personaje. Para mí, Peter Parker siempre ha sido un loser, un perdedor que iba saltando (eso sí, con mucha agilidad) de un problema a otro. Y no solo me refiero a la legión de supervillanos que acechan a la ciudad de New York, sino también a la vida personal: su relación con los amigos, sus amores, el trabajo en el Daily Bugle… En resumidas cuentas, esa 'otra existencia', la real, que estaba fuera de la que el protagonista veía a través de las lentes de su traje de superhéroe.

Y os preguntareis cuál ha sido el motivo para volver a sumergirme en las páginas de un tebeo de Spiderman. Pues la verdad es que dos muy importantes: en primer lugar, que la colección de El asombroso Spiderman comienza, digamos, de cero. Tras la finalización de la larga, larguísima etapa del guionista Dan Slott al frente de ésta (con sus aciertos y desbarajustes) llegan nuevos aires. Y estos son traídos por Nick Spencer que, tirando de humor e ironía, va a hacerse cargo del timón en la colección, llevando a Peter Parker a un nuevo status, que en principio me resulta de lo más atractivo. Peter ya no es profesor en la universidad, ni el propietario de una empresa de tecnología, sino que, por una serie de desgracias se queda sin trabajo en el periódico para el que ha conseguido a lo largo de los años las mejores instantáneas del trepamuros, en el que ahora ejercía las labores de editor y, por si esto fuera poco, sus estudios universitarios son borrados de un plumazo, ofreciéndosele la oportunidad de volver a convertirse en estudiante…

Solo, teniendo que compartir piso con Randy, el hijo de Robbie Robertson y otro tipo más al que conoce demasiado bien. Así es su vida ahora, un auténtico desastre.

Y aquí solo comenzarán sus problemas, ya que tras la máscara continúan sus peripecias, tratando de defender a la ciudad de una temible invasión de alienígenas que pueden hasta con la imparable fuerza de Los Vengadores.

Sin apenas tiempo para tomarse un respiro, deberá hacer frente a toda una legión de villanos que intentan hacer de las suyas en la ciudad que nunca duerme: Bumerang, El Rino, Electrolina, Misterio, La Hormiga Negra, El Supervisor…

Aunque todos estos solo serán una distracción comparados a los planes que está maquinando un resentido maloso que se oculta entre las sombras y que, casi sin proponérselo, le va a causar más de un dolor de cabeza al ocupadísimo Spiderman.

¿Os parecen pocos motivos para engancharos a sus nuevas aventuras?

Pues bien, os voy a dar una última y muy importante en esta apasionante trama: ¿Qué pasaría si Peter Parker fuera separado de Spiderman? ¿Que cómo ocurre eso? Ah, para saberlo tendréis que sumergiros en este primer arco argumental.

Pero claro, un buen cómic no es solo guion, sino que debe de estar acompañado, como es el caso, de unos dibujos espectaculares. Y amigos, aquí hay que quitarse el sombrero, porque recién llegados de la colección Invencible, publicada por la editorial Image, sube al bordo el tándem compuesto por el dibujante Ryan Ottley (Grizzly Shark) que, junto al entintador Cliff Rathburn van a seguir demostrando porqué son la mejor elección para plasmar gráficamente las aventura de El Hombre Araña.

Ottley tiene esa mezcla personal e intransferible que hace que sus personajes, muy expresivos, puedan saltar de la pose más dramática y violenta a la caricaturesca, por lo que su estilo es el indicado para llevar a la página en blanco los guiones de Nick Spencer (Thief of thieves, Action Comics, Antman, Superior foes of Spider-Man…).

¿Y qué decir de esos colores de Laura Martin, que parecen salirse de la página?

Peter Parker se encuentra ante una encrucijada, sin el apoyo de su tía May, sin pareja, obligado a volver a estudiar esos apuntes que Dios sabe dónde estarán, con un profesor que hace que un sudor frío le recorra la espalda, un alcalde al que mira de reojo, desconfiado y, sobre todo, tratando de meter algo de cordura en la cabeza de ese tipo, idéntico a él, que se balancea por la ciudad vistiendo el uniforme de Spiderman.

Mientras tanto, muy lejos de allí, en la sabana africana, una pesadilla del pasado en forma de villano regresa…

Os puedo confesar que después de tanto tiempo sin leer sus aventuras, gracias a este cómic, he recuperado las ganas de volver a leer al aventura de El Asombroso Spiderman.

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