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El buen ladrón

  • 'El caco Bonifacio' (1957), de Enrich, es un peculiar ladrón buenazo que debutó en el primer número de 'Tío Vivo', el semanario creado por dibujantes disidentes de la Editorial Bruguera

Una imagen de 'El caco Bonifacio'.

Una imagen de 'El caco Bonifacio'.

Se conoce como El buen ladrón a uno de los dos malhechores que, según los Evangelios, fueron crucificados al mismo tiempo que Jesús de Nazaret. En el Evangelio de San Lucas se relata que Jesús dijo al buen ladrón durante la crucifixión que antes de que acabara el día, estaría con él en el Paraíso, por lo que se convirtió en el primer santo de la historia, San Dimas, canonizado directamente por Jesús. Su festividad se celebra el 25 de marzo.

En la historieta española también existe un personaje que se puede considerar como un buen ladrón: El caco Bonifacio, de Enrich, que debutó en el año 1957 en el nº 1 de la revista Tío Vivo, un semanario creado por dibujantes disidentes de la Editorial Bruguera que formaron el colectivo DER (Dibujantes Españoles Reunidos).

El caco Bonifacio, el protagonista de la serie, es fácilmente reconocible por su gorra de visera, antifaz (que no se quita nunca), pantalones desgastados, y una pañoleta alrededor de una enorme papada. Este personaje es un ladrón que resulta muy peculiar, pues, como su propio nombre indica, tiene muy buen corazón, algo que muchas veces se le vuelve en contra.

Para recalcar aún más si cabe la bondad de Bonifacio, la serie cuenta con un secundario habitual: Pancracio, otro caco algo más joven y de menor estatura que él. Pancracio hace de contrapunto del protagonista, y sólo se preocupa por robar, no como el propio Bonifacio. Su vestimenta es similar, pero sin antifaz. Aparentemente es más novato que Bonifacio, pero demuestra ser más hábil en el arte delictivo que él, y también más cruel y despiadado.

El caco Bonifacio nació como gag de una sola viñeta en la contraportada del semanario Tío Vivo, compartiendo espacio con otros chistes de viñeta única, como El profesor Tenebro, de José Escobar, entre otros.

El caco Bonifacio salió ganando con la absorción de Tío Vivo por parte de Bruguera: la viñeta única pasó a ser una historia a página completa, aunque durante un tiempo se publicó simultáneamente en ambos formatos en Tío Vivo. El caco Bonifacio permaneció en sus páginas durante de dos décadas, manteniéndose en la cabecera hasta 1966, tras lo cual reapareció en diversas publicaciones de Bruguera en forma de reediciones.

Como es habitual en las series de la Editorial Bruguera, el protagonista termina con la situación fuera de control, y acaba casi siempre recibiendo palos por su torpeza. Sus actividades le llevan con frecuencia a la cárcel, o, incluso, termina siendo engañado por sus supuestas víctimas.

En 1958, el personaje era tan popular que llegó a protagonizar algunas portadas del semanario donde nació. Especialmente quedó en el recuerdo una portada encabezada por un billete de mil, que desde 1951 llevaban impreso el busto del pintor Joaquín Sorolla.

En los inicios de 1966, la casa Guisval lanzó un reloj con El caco Bonifacio colocado en él, solamente unos meses antes de que Enrich dejara de producir páginas inéditas.

El autor, Enric de Manuel González (Vénissieux, Francia, 1930), artísticamente conocido por Enrich, comenzó su andadura en los cómics en 1950 en la revista Trampolín, para más tarde colaborar también en Jaimito, terminando en Bruguera, donde fue muy prolífico.

Algunos años atrás, Enrich había ideado otro personaje de corta existencia, para la revista Chicolino (1951) de Editorial Símbolo: El caco Delito, que puede considerarse antecedente de El caco Bonifacio. Otra creación de Enrich en los años setenta explora la pugna entre un policía y un ladrón: Ganzúo y Pesquisón. Éste último vive obsesionado con la captura de aquel, mientras Ganzúo se divierte burlando al gendarme. Pese a todo, la relación entre ambos es respetuosa y las ingeniosas situaciones ideadas por Enrich se resuelven antes por la inteligencia y los diálogos de los personajes que por la acción física.

Cuando se dejó de publicar, El caco Bonifacio cayó en el olvido. Ni Bruguera ni ninguna otra editorial había publicado hasta 2009 un recopilatorio de El caco Bonifacio, por lo que este volumen se convierte en la primera reedición que se publica del personaje, debido a que la Colección Olé llegó algunos años después de la desaparición de esta serie. Mencionar que este volumen reúne la totalidad de las páginas publicadas de El caco Bonifacio.

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