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Conan, como nunca

  • 'La espada salvaje de Conan', tomo espléndido de principio a fin, reproduce los nueve primeros números del mítico magazine, fechados entre 1974 y 1975

Conan, en una imagen del cómic.

Conan, en una imagen del cómic.

A comienzos del presente año, Conan el bárbaro regresó a Marvel, la editorial que había sido su casa entre 1970 y 2000, y los viejos aficionados se frotaron las manos imaginando un retorno a la grandeza. A decir verdad, el personaje acababa de atravesar uno de sus periodos creativos de mayor grandeza en una esquina del catálogo de Dark Horse, de la mano de Timothy Truman, Tomás Giorello y José Villarrubia, pero no es menos cierto que la editorial de Milwaukie se había columpiado bastante con algunos de los últimos títulos protagonizados por el héroe de ficción creado por Robert E. Howard. Pues bien, hace ya más de nueve meses del reencuentro entre el cimerio y la Casa de las Ideas y aún es pronto para evaluar los resultados, aunque se palpa el desencanto entre los puristas por la sobreexplotación a la que se está sometiendo al personaje y por la falta de eso que se llama respeto al espíritu original (ahí lo tienen, empuñado su espada en Savage Avengers junto al Punisher, Elektra y Lobezno).

Lo que sí ha generado un aplauso generalizado es la política de reediciones del material clásico por parte de Marvel. Dark Horse nos dejó una ristra de tomos de Conan The Barbarian con los colores innecesariamente reinterpretados, otros tantos de King Conan, una pésima edición de las tiras de prensa y una reedición barata de The Savage Sword of Conan, en tanto que Marvel se ha desmarcado con una línea de Omnibus que reproducen con fidelidad el coloreado original o presentan una calidad inédita en los grises, según el caso, al tiempo que incluyen artículos, anuncios, correos de los lectores, algunas historietas de complemento originales, portadas a color y una nutrida sección de extras. No es un edición perfecta, pero sí la mejor que ha conocido este material hasta la fecha (incluyendo cuestiones como la rotulación).

Siendo puntillosos, y refiriéndonos a La espada salvaje de Conan, los tres o cuatro defectos que saltan a la vista son los marcos añadidos a las páginas (afortunadamente eliminados en la edición española), la falta de algunos materiales de complemento protagonizados por otros héroes de Howard (por problemas de derechos), el elevado precio (cuestión que Panini ha resuelto dividiendo el material en varios tomos, de modo que el precio de cada uno por separado resulte más asequible) y, claro está, el propio peso de los volúmenes, que convierte la lectura de estos libros en una experiencia un tanto fatigosa (sin ser precisamente liviana, la edición española, que usa un papel distinto, es más ligera y cómoda que la original).

No sé cuántas veces habré recomendado los cómics de Conan escritos por Roy Thomas para Marvel, y estoy dispuesto a seguir recomendándolos tantas como haga falta. Son una de las cumbres de la producción de la editorial neoyorquina a lo largo de su historia, muy especialmente el material de La espada salvaje de Conan. Los primeros nueve números del mítico magazine (fechados entre 1974 y 1975) están contenidos en el presente tomo, espléndido de principio a fin.

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