cómics

Monstruos modernos

Dos de las 'estampitas' de la obra de los ilustradores cordobeses.

Dos de las 'estampitas' de la obra de los ilustradores cordobeses.

Con Galería de engendros, el escritor Tito Alberto (Córdoba, 1970) y el dibujante Raúlo Cáceres (Córdoba, 1976) retoman la vieja tradición de los árboles de cromos, en su vertiente más grotesca (véase La pandilla basura), y nos regalan un artefacto que puede disfrutarse a distintos niveles. Por un lado, está el ejercicio nostálgico (que solo podría haberse mejorado si las estampas hubiesen venido aparte y en sobrecitos, para que nosotros mismos las pegásemos en los recuadros correspondientes); por otro, el deleite visual, con un Cáceres en plena forma, demostrando su inmensa capacidad para el diseño de personajes y la creación de atmósferas, con un alucinante uso de las tintas y un coloreado mucho más acertado que el que suele padecer en su aventura estadounidense; y, finalmente, una audacia literaria que apunta en dos direcciones: el humor (a veces cafre, a veces tierno, un poco en la onda de joyas como el Diccionario del diablo, de Ambrose Bierce) y la crítica social. No en vano, los retratos de Tito Alberto y Cáceres son imaginarios, pero también jocosa (o dolorosamente, según se mire) reales, y, mirados en el espejo del circo de nuestra propia sociedad, no dejan títere con cabeza. El libro de Panini, publicado en formato apaisado y con una maqueta que, insisto, recuerda acertadamente a la de un álbum de cromos, agrupa las 180 estampitas de que consta en diez apartados, a saber: monstruos, parásitos, extraterrestres, robots, animales extraños, personajes mitológicos, superhéroes, cosas raras, lugares insólitos y leyendas urbanas. El dúo cordobés había colaborado anteriormente en la escatológica Domina Rebus Sadomátrix, pero es aquí donde la sinergia entre la escritura inteligente de Tito Alberto y la estética espectacular de Cáceres se sintoniza del todo, encontrando una expresión que es el culmen de una forma de entender la historieta y la cultura en general, desarrollada, por ejemplo, en propuestas como la revista Killer Toons. En dos palabras, altamente recomendable.

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