Cómics

Paterfamilias

  • El autor argentino Jorge González regresa a las librerías con su nueva obra como autor completo, 'Llamarada', una profunda reflexión sobre la paternidad

Una imagen de 'Llamarada'.

Una imagen de 'Llamarada'.

El anuncio del confinamiento, no por esperado, pilló a más de uno con el paso cambiado. Y claro, presentaciones que estaban programadas, novedades editoriales y estrenos quedaron parados en seco, abandonados en un limbo del que han salido meses después, cuando hemos entrado de lleno en eso que se ha dado por llamar 'nueva normalidad'. Pero claro, estos meses pueden haber supuesto un olvido o desconocimiento de su existencia por muchos lectores potenciales.

Entre otras muchas novedades de cómic, Llamarada, publicada por la editorial ECC, fue una de las que se vio afectada, no pudiendo presentarse de la manera adecuada.

Es por ello, y por el interés que reviste esta última y personal incursión en el mundo de la viñeta por su autor, que la 'rescato' para que, vosotros, lectores, tengáis la oportunidad de poder disfrutar de su lectura, hecho que os recomiendo.

La historia comienza en Argentina. Buenos Aires, Avellaneda, principios del siglo pasado. Un grupo de hombres tienen la pretensión de levantar un estadio de fútbol en medio de unos terrenos abandonados de la mano de Dios, donde el barro y los desechos han ido acumulándose.

Hablar de Argentina sin nombrar el deporte rey es un pecado, ya que lo llevan en su ADN desde que nacen.

Y Jorge González no podía ser menos. Además, cuenta con un legado futbolístico importante, ya que su abuelo José, que desde pequeño demostró su control del balón y al que pronto apodaron Llamarada debido al color de sus cabellos tuvo una breve pero muy exitosa carrera como futbolista.

Pues bien, una vez iniciado el viaje, esa mirada hacia el pasado, el autor comienza a tocar el tema que más le interesa. La relación de padres e hijos. Comenzando por su bisabuelo, que no terminaba de ver claro que su hijo se dedicara al balompié, pasando de éste a la relación del propio autor con su abuelo, que viene a llenar el vació que provocó la ausencia de su padre.

Es por ello que este libro se convierte en una especie de exorcismo en el que volcar esos tiempos, esas ausencias, el silencio entre dos personas que no pudieron terminar de conocerse y cuyas heridas emocionales tan solo se cerrarán con el paso de los años.

Y de oca a oca, saltamos a la propia paternidad del autor, de Jorge. Su estrechísima relación con Mateo, su primer hijo, niño de pelo rojo como su bisabuelo y al que veremos crecer mientras mete sus pies en la orilla de La Caleta. Y es que esta historia es además de un viaje emocional, uno físico. Desde Argentina, país de origen, pasando por Barcelona, Cádiz y Madrid.

El autor sabe reflejar con su paleta cada lugar, sus colores. El gris nublado del mar en la costa argentina, compartiendo pensamientos con otro de los protagonistas de esta historia. Su amigo Hernán, con el que no solo comparte apellido, sino que le ha ayudado a completar muchos capítulos de este recorrido vital.

El mar, que se torna azul y se confunde con el despejado cielo gaditano, donde nació Mateo, ese niño de preguntas y afirmaciones que te dejan mudo, absorto por su profundidad.

Y de ahí, un viaje al cemento, al hormigón y la polución de Madrid, lejos del sonido de las olas y la llegada de un nuevo hijo, el pequeño Leo.

¿Qué es ser padre? ¿Existe una guía? Jorge González pone las cartas sobre la mesa, se sincera y nos muestra cómo es él como progenitor, tratando de evitar los errores y ausencias que lo han marcado como persona.

Incluso nos mete en una mesa redonda, donde varias personas, entre ellas su amigo Hernán, discuten sobre la herencia genética y otros temas muy interesantes.

Los que conozcan la obra de este autor ya sabrán reconocer su estilo, en el que utiliza la figuración como carta de presentación cuando narra hechos pasados y, poco a poco, su estilo se va tornando más y más abstracto, suelto, transmitiendo sentimientos a través de sus páginas. Pongo como ejemplo el momento en el que su padre abandona el hogar familiar y poco a poco, la imagen del joven Jorge se va diluyendo hasta casi desaparecer.

Trabajo que le ha llevado siete años a su autor, que se ha labrado una exitosa carrera en Francia, donde alterna trabajos personales (Dear Patagonia) con colaboraciones con otros guionistas (¡Maldito Allende!, Mécaniques du fouet…). Además, los que seguimos su carrera, hemos tenido la suerte de disfrutar de esos 'cuadernos de trabajo', artbooks, titulados #1 y #2, en los que González nos abre la puerta de su estudio para compartir esa parte que casi siempre queda oculta del proceso creativo. Bocetos, pinturas, collages, historias cortas, etc… Dos joyas para todos los que admiren la obra de este interesante autor.

Fútbol, paternidad, amistad… Vida. Sobre todo esto y mucho más se reflexiona en las páginas de Llamarada.

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