La monarquía en el siglo XXI | Crítica

Breviario democrático

  • En esta obra, Jordi Canal hace una defensa razonada y razonable tanto de los logros históricos de la actual monarquía española, como de las virtudes y ventajas democráticas de la monarquía parlamentaria

Imagen del historiador gerundense Jordi Canal

Imagen del historiador gerundense Jordi Canal

Al redactar este opúsculo, el historiador Jordi Canal (Olot, 1965), no elude ninguna de las sombras y prejuicios que hoy acucian a la monarquía española. De hecho, son estas mismas dificultades las que han originado las presentes páginas; páginas de claridad ejemplar, donde se defiende razonadamente, no sólo la reciente historia de la monarquía, sino la vigencia y la oportunidad de dicha institución, contra quienes hoy la atacan amparados en un vago republicanismo que ignora, tanto la naturaleza de la monarquía parlamentaria, como la desdichada historia de la República a la que, oscuramente, aluden.

Lo cierto es que buena parte de los países más avanzados del planeta son monarquías: Suecia, Dinamarca, Holanda, Noruega y Gran Bretaña, son democracias coronadas que, junto a la española, se encuentran entre los países más prósperos y libres que se conocen. Si esto es producto o no del influjo monárquico, acaso sea secundario.

Como nos recuerda el autor, la monarquía no es incompatible con la democracia, como mantienen sus detractores, sino que es una de sus formas más estables

Sí debe quedar claro, y así lo hace el autor, que la monarquía no es incompatible con la democracia, como mantienen sus detractores, sino que es una de sus formas más estables. Y es, precisamente, esa estabilidad la que aduce Canal como opuesta a la volubilidad política que el mundo posmoderno -y la crisis económica- parecen haber traído consigo. Fruto de este papel garantista, ajeno al vaivén parlamentario, fue el histórico e irreprochable discurso de Felipe VI en la noche del 3 de octubre de 2017, en defensa de la democracia española.

Si la Unión Europea nació para vacunarnos contra este belicoso herpes nacionalista, Canal destaca que la actual monarquía española abrogó una idea de nación, estrecha y mezquina, que había dividido a la sociedad española durante décadas. Tal ha sido su éxito -el de la Transición-, que incluso sus detractores más conspicuos deben emplearse a fondo para envilecer sus logros. Y es el formidable monto de tales logros (sin olvidar sus errores), junto con el indiscutible rubro democrático de la monarquía, lo que aquí se recuerda con la honestidad y la exactitud debidas.

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