Desde dentro | Crítica

Habla, memoria

  • Veinte años después de 'Experiencia', Martin Amis vuelve a recontar su vida en otro libro deslumbrante e inclasificable

El narrador británico Martin Amis (Swansea, 1949).

El narrador británico Martin Amis (Swansea, 1949). / MT Slanzi

Más allá de Experiencia, el libro donde Martin Amis abordó su itinerario de un modo no distinto al que practica en sus narraciones, muchas de estas, especialmente la primera, El libro de Rachel, en buena medida un autorretrato de la primera juventud, o después Koba el temible, donde tan presente está su padre, el también novelista Kingsley Amis, y en parte La viuda embarazada, inseparable de la figura de su malograda hermana Sally, se internan en la autobiografía de la manera híbrida que caracteriza todas sus incursiones en este terreno. Importa poco en este sentido si hablamos de relatos reales o memorias noveladas, teniendo además en cuenta que algunos de los títulos citados contienen en mayor o menor medida pasajes ensayísticos. Al contrario que en Experiencia, sin embargo, calificada por el autor de memoir, el título original de su nuevo recuento, Inside Story, se presenta en la cubierta de la edición inglesa acompañado de la leyenda a novel, dejando claro desde el principio que la realidad de lo que se cuenta está sometida –sobre esto mismo discurre Amis en algunos de los pasajes que abordan los desafíos de la escritura– a los procedimientos de la ficción.

El narrador reconoce el magisterio indirecto de Nabokov y el inmediato de Bellow y Larkin

Según nos dice, la redacción de esta novela "(bastante) estrictamente autobiográfica" parte de un previo intento que no sabemos cómo habría sido. La que leemos, desde luego, es un prodigioso artefacto. Sobre ella se proyecta el magisterio indirecto de Nabokov –autor de uno de los mejores libros autobiográficos que registra la historia de la literatura, Habla, memoria– y el inmediato de Saul Bellow y Philip Larkin, gigantes a los que Amis trató muy de cerca. A ellos se suma la permanente compañía de su íntimo amigo Christopher Hitchens, con quien tanto quiso, una especie de hermano desde la adolescencia a las postrimerías, narradas en páginas conmovedoras que rinden homenaje al viejo camarada. El mencionado Kingsley, a quien Amis hijo no ha dejado de recordar, su mujer (de su padre) la escritora Elizabeth Jane Howard o su amigo el historiador Robert Conquest, y otros autores como Kurt Vonnegut, otro maestro en el arte de combinar la ficción y la vida, comparecen en un relato donde el propio Amis se convierte en personaje, del que el narrador habla a veces en tercera persona. Pero quizá sea la novia descarriada, Phoebe Phelps, suma de caracteres que adquiere la fuerza de un arquetipo, una mujer que es hasta cierto punto todas las mujeres de su vida, quien junto a su confidente Hitchens aporte el necesario contrapunto de su tendencia a la egomanía.

Tantos años después de su debut, Amis sigue siendo un narrador felizmente imprevisible

Además de volver sobre algunos de sus temas, la Shoah y el Gulag, Inglaterra y los Estados Unidos, Israel y el antisemitismo, el atentado de las Torres Gemelas y el fenómeno terrorista, la novela contiene un tratado sobre la novela y aún más sobre "cómo escribir", donde el autor recurre al ejemplo de sus citados referentes en páginas verdaderamente espléndidas –ya sabemos por sus ensayos que es un lector excelente– que más allá de su función aleccionadora dejan clara la autoexigencia con la que entiende su oficio. Por lo demás, en Desde dentro, que tiene mucho de balance no sólo autobiográfico, Amis mantiene y casi diríamos que extrema el peculiarísimo tono de su narrativa, siempre directo, mordaz e inteligente, en la que como de costumbre conviven el lenguaje desinhibido con infinidad de referencias eruditas. Cruces de historias, continuas digresiones e interrupciones, interpelaciones al lector, saltos en el tiempo, extensas notas que añaden matices o amplían el marco de la narración, de estas y otras maneras elude el narrador la linealidad de un relato que avanza o retrocede a capricho, proyectando la impresión de una obra total en la que el escritor maduro o ya casi anciano dialoga con el enfant terrible –lo celebra o lo reconviene, lo justifica o lo compadece– y refleja tanto sus logros o fracasos como el espíritu de una época, observada desde un presente crepuscular en el que se plantea la retirada. Tantos años después de su exitoso debut, Martin Amis sigue siendo un narrador felizmente imprevisible. De él puede afirmarse con toda justicia –y su libro testamento así lo corrobora– que ha llegado a igualar la altura de sus maestros.

Christopher Hitchens y Martin Amis en París, 1980 Christopher Hitchens y Martin Amis en París, 1980

Christopher Hitchens y Martin Amis en París, 1980

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