Literatura

Un Día del Libro para celebrar la "compañía fiel" de la lectura

  • Entre los actos faltó la entrega del Premio Cervantes, que los Reyes llevarán a Brines a su casa

Los Reyes Felipe y Letizia descubren una placa en la sede del Instituto Cervantes en Alcalá de Henares.

Los Reyes Felipe y Letizia descubren una placa en la sede del Instituto Cervantes en Alcalá de Henares. / Juan Carlos Hidalgo / Efe

El poeta español Francisco Brines no pudo recoger aeste viernes, por su delicado estado de salud, el Premio Cervantes que tradicionalente entregan en una ceremonia en Alcalá de Henares, ciudad natal de Miguel de Cervantes, los Reyes de España, que se lo llevarán a su casa.

Brines, de 89 años, uno de los últimos representantes vivos de la generación del 50, y conocido por su defensa de la poesía como ejercicio de tolerancia, recibirá próximamente el Premio en su vivienda en Oliva (Valencia), donde se trasladarán los Reyes y el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes.

Los Reyes presidieron los actos de celebración del Día del Libro en Alcalá de Henares, donde se proyectó un vídeo de Brines en el que leyó con dificultad uno de sus poemas, Mi resumen, que, explicó, comienza con un verso que escribió 20 años antes. "Como si nada hubiera sucedido/ Es ese mi resumen y está en él mi epitafio./ Habla mi nada al vivo/ y él se asoma a un espejo / que no refleja a nadie".

El ministro de Cultura José Manuel Rodríguez Uribes. El ministro de Cultura José Manuel Rodríguez Uribes.

El ministro de Cultura José Manuel Rodríguez Uribes. / Ricardo Rubio / EP

"No nos ha podido acompañar por motivos de salud aunque pronto tendremos la oportunidad de visitarle, en su Oliva natal, con los Reyes, a quienes acompañaré con gusto y también con orgullo para entregarle el Cervantes", indicó el ministro Rodríguez Uribes, que expresó su agradecimiento a los Reyes "por estar siempre comprometidos con la cultura".

A su llegada a Alcalá de Henares, los Reyes fueron recibidos con aplausos y vítores de ciudadanos que se concentraban en la zona, a los que saludaron. Más tarde, en el discurso pronunciado en el acto, el ministro de Cultura recordó cómo se ha demostrado que "asolados por esta cruel pandemia" la lectura fue un consuelo y el libro "un compañero fiel para gran parte de la población". "Uno de los pocos efectos positivos de esta crisis sanitaria, económica y social que seguimos padeciendo es el aumento de los índices de lectura que batieron récords entre los meses de marzo y junio del año pasado", recalcó Rodríguez Uribes.

El acto prosiguió con la lectura dramatizada de clásicos españoles del Siglo de Oro y posteriormente el actor José Sacristán leyó textos de Miguel Delibes y Antonio Machado, así como el poema Estación claridad, de Maria Elena Walsh, dedicado a las madres de la plaza de Mayo, entre otros.

Los Reyes visitaron después la Biblioteca Patrimonial de la sede del Cervantes, recién inaugurada con un fondo de poesía de más de 7.500 volúmenes, acompañados por el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero.

Brines fue también el encargado, a través de un vídeo, de iniciar la Lectura Continuada del Quijote organizada por el Círculo de Bellas Artes de Madrid, otro de los tradicionales actos en torno a la celebración del Día del Libro y que en su 25 edición, y al igual que el año pasado, se celebró de forma virtual por la pandemia. Alrededor de 180 lectores enviaron sus grabaciones, sumando un total de 13 horas en las que se recogen los capítulos más destacados de la novela de Cervantes. Tras Brines intervinieron el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez; así como otros representantes de la política y la cultura.

Irene Vallejo, pregonera de Sant Jordi. Irene Vallejo, pregonera de Sant Jordi.

Irene Vallejo, pregonera de Sant Jordi. / David Oller / EP

En Barcelona, los escritores volvieron a encontrarse con sus lectores en un Sant Jordi atípico, con medidas de prevención ante el coronavirus, el confinamiento comarcal todavía vigente, espacios acotados y aforos limitados, pero que retomó algunos rituales de ediciones prepandemia.

Bien en espacios al aire libre habilitados o en las librerías, los autores que participaron en esta edición de Sant Jordi se reencontraron con los lectores en una jornada que supone ver "la luz al final del túnel". Quienes acceden a los libros son los "intérpretes de la partitura" que cada escritor propone, como afirmó Javier Cercas, que lamentó también tener poco tiempo para dialogar con los lectores por respeto a las personas que estaban haciendo cola.James Rhodes, para quien Sant Jordi es "una de las cosas más impactantes de España", María Dueñas, la última Premio Nadal Najat El Hachmi o Jesús Carrasco fueron algunos de los autores que firmaron ejemplares.

El pasado jueves, la autora de El infinito en un junco, Irene Vallejo, pronunció el pregón de Sant Jordi, en el que rindió un homenaje a los cuentos de sus padres y la literatura oral, a escritores como Homero, María Zambrano o Ana María Matute, y también al papel de las bibliotecas, y habló de la "recuperación del espíritu de la fiesta" mediante el reencuentro "con los pétalos, los libros y la primavera".

Después de que el año pasado los lectores no pudieran desplazarse a las librerías debido al confinamiento, Andalucía volvió ayer a vivir el ritual del 23 de abril. Fueron muchos los establecimientos a los que los clientes se acercaron para celebrar esta fiesta de la literatura.

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