De libros

Una forma de la nada

En la obra de Chesterton hay un fondo de predeterminación y magia, hay un fondo de pesimismo, que es fácil encontrar en El hombre que sabía demasiado, su libro más fúnebre y angustioso. Todo lo que allí se dice en serio (un miembro de la alta sociedad que conoce y deplora los secretos de Estado), es trasladado por Durrell, con altísimo ingenio, a una suerte de atropellado vodevil cuyo objeto, cuya víctima, es el cuerpo diplomático de Gran Bretaña, del que el propio autor formó parte. Este burlarse de uno mismo, como hace aquí Durrell, es una tradición británica tan arraigada como el cricket. Y en consecuencia, forma parte de una amplia literatura insular, de la que Antrobus es una alocada cima, sutil, feroz y desvergonzada. Decía que Chesterton utilizó su personaje de Horne Fischer para dar una idea funesta, oprobiosa, ineludible, del Estado y sus cloacas. En Antrobus, por contra, nos encontramos con la maravillosa floritura, petulante e inane, de un cuerpo diplomático, en tiempos de la Guerra Fría, que dedica su tiempo a la esmerada tarea de no hacer nada. O con mayor exactitud, a la crucial tarea de prolongar esa nada, ese limbo diplomático de perplejidad y tedio, en un mundo sobre el que pende el hilo centelleante de la guerra nuclear. Una guerra y una amenaza, por otra parte, que aquí no se mencionan en absoluto, pero que justifican, de algún modo, el proceder absurdo y reverencioso de una diplomacia cruelmente banalizada (extraordinariamente banalizada), por Lawrence Durrell, cuyo Cuarteto de Alejandría, no lo olvidemos, es una de las grandes obras del XX británico. Según aventuraba Hobsbawm en su Historia del siglo XX, las futuras generaciones no alcanzarían a comprender el miedo, la atrición, la psicosis generalizada que definió el periodo de la Guerra Fría. He aquí, sin embargo, que gracias a libros como Antrobus, extravagante puñado de relatos, dicha incomprensión, dicho estupor, se adelantó felizmente en varias décadas.============Tit Rep-37.8(54668073)============Una forma de la nada

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios