Cuando se decide contar la vida de un héroe, la peripecia de alguien que lucha contra la adversidad y consigue esquivar el destino que parecía trazado para él, se corre el riesgo de que el autor, fascinado por la grandeza de su personaje, olvide dotar de verosimilitud a su criatura, no la acompañe de esa carga de sombras, flaquezas y dudas que otorgan un mayor relieve al retrato. La periodista María Iglesias (Sevilla, 1976) podía haberse encallado, con su primera novela, en la admiración hacia su protagonista, Germán Díaz, el hijo de un carbonero que con su esfuerzo logra titularse como abogado y ejercer sin olvidar en su carrera profesional su compromiso con los más desfavorecidos, pero, por fortuna, la peripecia que despliega Lazos de humo -que empieza a finales del siglo XIX en la localidad de Pechón, en Cantabria, y transcurre, hasta ya finalizada la Guerra Civil, en los escenarios poco explorados por la literatura actual del Cádiz y la Sevilla de aquel tiempo- complementa su ambición de gran relato con un discurso sopesado que no oculta una amarga conclusión: la vida no siempre está del lado de los justos y, a veces, quienes cruzan de acuerdo con su ética las estrictas delimitaciones que marca la sociedad tienen que pagar un precio por su atrevimiento.

Se entiende así que la editorial Temas de Hoy haya hecho del debut en la narrativa de esta escritora sevillana una de sus apuestas más fuertes de la temporada: a la solidez de una narración que abarca toda una vida con pulso firme, se suman la complejidad de los personajes -no sólo el protagonista, también otros como su protector, un periodista que guía a Germán en los misterios de la literatura y la vida, o algunas mujeres que le rodean, el amor de su juventud o la novia del reportero, valientes y soñadoras pero que no siempre son coherentes consigo mismas- y la inteligencia de sus planteamientos. Germán Díaz se revelará finalmente como un héroe trágico, que luchó por una causa pero que descubrió que la honestidad, extrañamente, puede conducir a un hombre a la desgracia.