María Oruña | Escritora

"No todas las mujeres son heroínas que resuelven las cosas como Lara Croft"

  • La escritora gallega regresa con 'Lo que la marea esconde', en la que propone un guiño a las novelas de misterio clásicas "de habitación cerrada"

María Oruña (Vigo, 1976), en una fotografía promocional.

María Oruña (Vigo, 1976), en una fotografía promocional.

Tras su incursión en la novela histórica, con El bosque de los cuatro vientos, la escritora gallega María Oruña regresa a la saga de Puerto Escondido, con Lo que la marea esconde (Destino), un homenaje a las novelas clásicas de "puerta cerrada", nuevamente protagonizada por la teniente Valentina Redondo.

–¿Qué se encuentra el lector en Lo que la marea esconde?

–Se va a encontrar un juego, un reto de ingenio, una aventura, un gran misterio y un auténtico viaje literario, que es de lo que realmente se trata. Una novela que he escrito con la pretensión de que el lector, cuando cierre el libro, acabe con una sonrisa en sus labios.

–A modo de partida de Cluedo, y también como homenaje a las novelas clásicas de misterio.

–Si tenemos que acudir a las etiquetas, yo prefiero la de novela de misterio. No novela negra, porque no tiene nada que ver con las más puristas del género. Lo que La marea esconde es un guiño a las novelas de misterio clásicas, a las denominadas de "habitación cerrada", a autores como Agatha Christie, Connan Doyle, etc. Y todo ello dentro de un juego con el lector, que es la parte lúdica de la novela, por definirla de algún modo. Cada capítulo, por ejemplo, comienza con una cita de una novela de "habitación cerrada", de distintos autores, que en realidad es una pista de lo que va a suceder en ese capítulo. Juego con el lector, provocándolo deliberadamente y advirtiéndole: va a suceder esto y tú tienes que saber por qué, quién y para qué.

–¿Cómo ha sido el reencuentro con Puerto Escondido y con la teniente Valentina Redondo?

–En realidad, nunca los había abandonado. No he estado ni con Valentina ni con el resto de personajes mientras estuve escribiendo El bosque de los cuatro vientos, pero yo lo entendí como un merecido descanso. Iban a venir curvas, y preferí que se tomaran un tiempo, pero siempre están dentro de mí.

"Juego con el lector, lo provoco, le advierto: va a suceder esto y tú tienes que saber por qué, quién y para qué"

–De la novela histórica a la de "habitación cerrada", ¿intercala proyectos para oxigenarse, para no encasillarse?

–Hay algo aquí que no obedece a la razón, ni a la posible proyección editorial, o como un recurso de marketing y demás, no, si no que obedece a pálpitos y yo siempre actúo por pálpitos. Cada vez que tengo una idea, una historia, en la cabeza y decido comenzar una nueva obra es por una intuición completamente irracional. De hecho, cuando presentaba Puerto Escondido (primera entrega de la saga protagonizada por Valentina Redondo), yo ya decía que tenías otras ideas en mi cabeza. Nunca forma parte de un plan premeditado, no lo había hablado con la editorial ni con nadie, y lo mismo me ha sucedido con esta historia. Yo sabía que quería escribir una "habitación cerrada", pero no tenía ni la estructura ni había trazado el camino que iba a seguir.

–En Lo que la marea esconde aborda la pérdida, lo que vamos dejando atrás en el camino, en nuestras vidas.

–Hay temas de los que no solemos hablar, como son el dolor y la muerte. Y siempre todos, en algún momento de nuestras vidas, vamos a tener una pérdida irreparable: un padre, un hijo, un hermano, un amigo... De la misma manera que vamos a arrastrar con alguna culpa, que se nos clava dentro de la conciencia. Cuando sabes que ese dolor, que esa oscuridad, se instala dentro de ti y que ya te va a acompañar, no sabes cómo reaccionar, si te va a convertir en una persona sarcástica o si vas a querer seguir navegando, intentando llegar a todas las orillas posibles. Es complicado, porque cada cual tiene sus propias circunstancias y la novela no ofrece respuestas en ese sentido. No todo optimismo gratuito cabe, ya que el "tranquilo, todo va a salir bien" no siempre sucede. A veces las cosas salen mal, y ante esa circunstancia vemos como cada personaje se rearma o se hunde.

María Oruña. María Oruña.

María Oruña.

–La saga de Puerto Escondido mantiene la tendencia de buena parte de la novela actual de convertir la geografía en un elemento de trascendental importancia, en casi un personaje más. ¿Qué le sedujo de ese punto de Cantabria?

–Inicialmente, cuando comencé con Puerto Escondido, que está ambientado en la guerra civil y en la posguerra, yo ya tenía muchas historias locales, que me contaba mi abuela y que me daban rabia que se perdiesen porque no estaban siendo registradas en ningún soporte físico concreto, y que corrían el peligro que acabasen siendo un costumbrismo que se iba diluir en la memoria. Y junto a eso me encuentro con un crimen real que tuvo lugar en este lugar, el de una joven que descuartizó a un hombre para después tirarlo por un acantilado. Este hecho en sí, que es bestial, no me interesaba tanto, pero sí me interesaba el contexto en el que se había producido, y por qué y para qué. Por eso comencé a escribir en ese ambiente que conozco por vía familiar, a través de mi padre. Para mí el lugar no es un personaje, pero sí es un elemento esencial.

–Se ha producido una feminización de la novela negra o de género, no sólo por el auge de las autoras, también por el peso de las mujeres en las tramas, ya que han pasado de víctimas, o de elementos decorativos, a ser quienes llevan las riendas de la investigación. ¿Era necesario?

–Supongo que es el resultado de ambas cosas. Yo no me manifiesto abiertamente a favor de diferentes causa, pero sí que lo hago a través de mi trabajo. Por eso para mí era fundamental el construir un personaje que no fuera un florero, que fuese creíble, contundente e interesante, ya fuese masculino o femenino. Esto me sucede en todas mis obras. Y no todas las mujeres tienen que ser heroínas que lo resuelven todo como si fueran Lara Croft.

"Eso de ‘tranquilo, todo va a salir bien’ no siempre sucede. A veces las cosas salen mal, y te rearmas o te hundes"

–¿En que punto cree que se encuentra la novela negra española: moda pasajera o ha llegado para quedarse?

–Creo que estamos muy valorados a nivel internacional, al menos en el ámbito europeo, en cuanto a novela negra, si empleamos la etiqueta en su concepción más amplia. Después nos encontramos con el mercado anglosajón o americano, que consideran que ya cuentan con bastante buena cantera y, salvo por los grandes bestseller, no tienen interés por nuestras obras. En Centroeuropa, sin embargo, donde tengo buenos amigos profesores, las referencias de la novela española son muy buenas, es muy estimada. La novela negra o de género es un armario tan grande que admite multitud de percheros diferentes. Yo misma, prefiero que me clasifiquen como novela de misterio, pero en realidad todos somos un híbrido. En mi caso concreto, por ejemplo, en mis novelas hay ciencia, razón, intriga. De hecho, mis novelas se han calificado de diferentes maneras: históricas, negras, científicas o góticas…

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