Cultura

La materia oscura

  • 'THE LONEY (EL RETIRO)'. Andrew Michael Hurley. Trad. Óscar Mariscal. Berenice. Córdoba, 2016. 384 páginas. 19,95 euros.

No podemos compartir el inmoderado entusiasmo de Stephen King, cuado afirma que esta novela de Hurley "es más que buena; es magnífica". Aun así, es posible alcanzar las razones de tal encomio. Para Stephen King, como para una parte importante del terror anglosajón, que comienza en Machen y continúa en Lovecraft, hay una fuerza primordial que atenaza a la aventura humana y que, sin embargo, permanece inaccesible y opaca a su entendimiento. Machen la representó como una luz cegadora, fulminante, de origen extraterrestre; Lovecraft, como un linaje antediluviano de criaturas abisales; King, como una suerte de locura homicida que se infiltra en el hombre, surgida de una boscosidad impenetrable. Hurley, no obstante, ha tenido el acierto de no representarla de ningún modo.

Esas fuerzas malignas, anteriores al hombre, tienen su origen en una Naturaleza hostil e indescifrable, cuyo designio desconocemos. A este hemisferio mágico, previo a la cristiandad, se refieren, cada uno a su modo, el Heine de Los dioses en el exilio, el Michelet de La bruja y el Frazer de La rama dorada. Se trata, como es fácil de adivinar, de una suerte de religiosidad que antecede, quizá en milenios, a las religiones convencionales. Pero se trata, en mayor modo, de una religiosidad adversa a los intereses humanos. Si los rituales del hombre se encaminan al "negocio de la salvación", estas fuerzas cósmicas e irracionales parecen operar contra la supuesta primacía de nuestra especie. Con lo cual, lo que se postula en esta variante del terror es tanto una impotencia del hombre ante lo desconocido, como un oscuro y pintoresco ecologismo, cuya materia, cuya naturaleza última, desconocemos.

Hurley ha escogido las desoladas tierras que miran al mar de Irlanda para exponer su versión de lo terrible (una terribilitá inhumana, y hasta cierto punto inocua), haciendo agravio de los saberes y rituales modernos. Entre esos ritos se encuentra la catolicidad, tan fuerte entre los hijos de la verde Erín; entre aquellos saberes, es el sentido común, y el propio vínculo social, lo que se disuelve paulatinamente ante el misterio.

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