Olimpismo

La retirada de la candidatura para 2030, sobre la mesa del COE

  • La decisión definitiva se debe tomar este martes y todo indica que España retirará su propuesta tras la falta de acuerdo entre Cataluña y Aragón

Alejandro Blanco, durante un acto reciente junto a Thomas Bach en el Día Mundial del Refugiado.

Alejandro Blanco, durante un acto reciente junto a Thomas Bach en el Día Mundial del Refugiado. / COE

El sueño de organizar en los Pirineos unos Juegos Olímpicos de invierno en el año 2030 puede llegar a su fin este martes, cuando el Comité Olímpico Español (COE) informe en una conferencia de prensa sobre "la actualidad de la candidatura", con la retirada como desenlace más probable.

El gobierno de Javier Lambán ya admitió el martes que el COE le había comunicado que no habría candidatura conjunta de Aragón y Cataluña. Y el organismo deportivo no contempla un proyecto de una sola de las comunidades, pues supondría cambiar los planteamientos con los que acudió hace ya más de un año ante el Comité Olímpico Internacional (COI).

El presidente del COE, Alejandro Blanco, será el encargado de anunciar la suerte definitiva de la candidatura, una iniciativa en la que puso todo su empeño personal y su reconocida capacidad mediadora, a la que el COI ha recurrido en incontables ocasiones para resolver conflictos olímpicos.

Blanco ha mantenido desde diciembre de 2021 once reuniones con responsables técnicos o políticos de las dos autonomías, además de decenas de llamadas o encuentros privados para reconducir al asunto. Pero lejos de acercarse, las posturas se fueron distanciando al no ponerse Cataluña y Aragón de acuerdo en el reparto de las pruebas deportivas.

El esquí alpino, que se disputaría en las pistas catalanas, es aparentemente el mayor motivo de discrepancia. Pero ni siquiera han saltado al debate público otros aspectos que se prevén polémicos, como el nombre de la candidatura o la ubicación de las ceremonias de inauguración y clausura.

Según el último reparto, acordado el 1 de abril en una reunión en la que los representantes aragoneses renunciaron a participar, Aragón tendría 54 pruebas, las que componen el programa de esquí de fondo, biatlón, patinaje de velocidad, patinaje en pista corta, patinaje artístico y curling; y Cataluña se quedaría con 42, las correspondientes a esquí alpino, esquí artístico, snowboard, esquí de montaña y hockey sobre hielo.

Ante las diferencias aparentemente insalvables, Cataluña anunció el pasado jueves su interés por presentar su propio proyecto, sin Aragón, cuyo gobierno interpretó este movimiento como una retirada de la careta por parte de quienes siempre habían deseado concurrir por su cuenta.

España nunca ha organizado Juegos de invierno. La localidad aragonesa de Jaca fue aspirante a los Juegos de 1998, 2002, 2010 y 2014.

Tras el interés mostrado desde 2018 por Barcelona por organizar unos Juegos de invierno, con el nombre de la ciudad como reclamo olímpico y con los Pirineos como centro de las pruebas de nieve, el COI confirmó en enero de 2020 que Barcelona-Pirineos, la japonesa Sapporo y la estadounidense Salt Lake City eran las tres candidaturas que habían expresado su deseo de organizar los Juegos en 2030, 2034 o 2038. Luego se unió la canadiense Vancouver.

Tanto el COE como el gobierno central abrieron desde el primer momento las negociaciones a Aragón, en la creencia de que el proyecto ganaría en calidad y se beneficiaría, además, de una imagen de consenso deportivo difícil de conseguir en otros ámbitos. Pero, a unas horas de la decisión definitiva, ese consenso está cada vez más lejos. Salvo un cambio radical de posiciones, la retirada de la candidatura es la opción más probable.

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