Nada que ver con el equipo del año pasado, pese a la continuidad de muchos de sus hombres importantes. El Valladolid está sufriendo de lo lindo para asegurar una permanencia que se le ha ido complicando mucho con el paso de las jornadas. Sobrevive en competición grandes a las destacadas individualidades de Óscar, Javi Guerra o Mariño, que han logrado sumar puntos importantes este curso. El cancerbero se ha destapado bajo palos, mientras que la pareja ofensiva es la que más réditos le ha dado a Juan Ignacio Martínez sobre el césped. El problema, que las lesiones le han impedido contar más con ellos.

Sin Ebert, cuya indisciplina terminó haciendo más mal que bien al equipo, el técnico se ha quedado sin uno de los pilares (en cuanto a calidad se refiere) del equipo. Desde Zorrilla se apela al bloque y se aferran al acierto de un Javi Guerra que ya sabe que su destino está en el fútbol inglés.

sin balón

Sufre bastante cuando no tienen el balón. Pese a sentirse cómodos aprovechando la velocidad por banda y el contragolpe siempre bien guiado por Óscar, conceden demasiadas ocasiones al rival. Es cierto que Mariño ofrece una importante sensación de seguridad, pero la balanza suele acabar siendo negativa en el marcador.

con balón

La llegada de Rossi le confiere al equipo vallisoletano más opciones con la posesión de la pelota. Disponen de jugadores con buen trato del balón y capaces de romper la defensa con un buen pase entre líneas. Además, la movilidad y la capacidad rematadora de Javi Guerra les hace ser más peligrosos aún.

lo mejor

La conexión entre Óscar y Javi Guerra le ha dado al Valladolid los mejores frutos del curso. Son el clavo ardiendo del equipo.

lo peor

La facilidad con la que están concediendo goles esta temporada. Demasiadas ocasiones para que los rivales prueben a Mariño. El cántaro suele acabar roto.