Nasser Al-Thani tuvo un estreno de película como empresario. Apenas transcurrió tiempo desde el anuncio de la marcha irrevocable de Moayad Shatat hasta el relevo por parte del hijo del jeque. Y su primera misión como vicepresidente ejecutivo del club fue todo un órdago: recoger la oferta formal presentada por los inversores chinos interesados en la adquisición del Málaga para empezar a estudiarla junto con su padre y ver qué decisión tomar al respecto. De estar en la segunda fila pasa al centro de interés que tiene ahora mismo en vilo a todos los directivos, empleados y aficionados del club de Martiricos.

La proposición de la empresa Double-Edged Sports, que tiene a Wang Kangning como ejecutor de las comunicaciones con el Málaga, posee datos concretos. En virtud de ésta, Abdullah Al-Thani, dueño de la mayoría accionarial, percibiría unos 30 millones de euros por el traspaso de la propiedad. Además, se haría cargo de la deuda auditada por la entidad, actualmente en torno a los 30 millones de euros también, y llegaría desde el principio dispuesto a aportar capital para afrontar gastos derivadas de la planificación deportiva (incluida La Academia, que obliga a un importante desembolso ya desde este verano) y el día a día para dar un salto de calidad. No a gran escala, pero sí de inmediato para aprovechar el estado de crecimiento en el que se halla la entidad de Martiricos. Málaga Hoy pudo constatar estos datos, avanzados en su edición de ayer por Marca.

Además, fuentes de la entidad de Martiricos confirmaron a este periódico que se prevé a muy corto plazo una reunión muy importante, definitiva para bien o para mal, en la que las dos partes estarían presentes para terminar de debatir las condiciones de un posible traspaso de poderes. La intención de los empresarios chinos es que en ella esté presente Al-Thani padre, si bien en el Málaga no disponen de información acerca de las intenciones del jeque al respecto, menos aún ahora que ha salido del organigrama Moayad Shatat. De todos modos, cabe recordar que hace apenas diez días en su perfil de Twitter dio a entender que vendría a la ciudad tras decir a los aficionados que los vería "pronto".

Anticipar las intenciones del jeque en esa cita, esté presente o no, es indescifrable para los que conforman el brazo directivo en Málaga. No obstante, cunde el pesimismo por las continuas negativas recibidas en los últimos tiempos a variar cualquier plan que no sea mantener la actual estructura de autofinanciación e inversión cero. Igualmente, siempre se ha mostrado reacio a vender el club, así lo ha mantenido siempre en público y de facto, puesto que los intereses de los diversos grupos que se han acercado en los últimos años han quedado en agua de borrajas. Incluso se maneja en la planta noble el convencimiento de que en la marcha de Shatat tanto del club como del grupo NAS ha tenido mucho que ver la inacción del jeque ante el fuerte interés de los empresarios chinos, amén de discrepancias de índole personal.

Lo cierto es que los responsables de Double-Edged Sports parece que al fin han dado el paso al frente que esperaba el director general, Vicente Casado, que está firmemente convencido de que el Málaga está en el momento óptimo para recibir a nuevos inversores y ver muy mejoradas sus perspectivas. Tras más de siete meses de contactos, negociaciones y múltiples reuniones, ha llegado el punto álgido. Su entrada en la entidad como patrocinadores para el año que viene parecía un primer paso para, a medio o largo plazo, animarse a acceder de manera más firme en la sociedad. Pero se han precipitado los acontecimientos y ahora le toca mover ficha a la propiedad.

No hay plazos para una respuesta por parte del dirigente catarí, que ha depositado toda su confianza en Nasser para llevar las riendas que durante los últimos tres años ha tenido Shatat. Sin embargo, la situación está candente y no se demorará mucho en el tiempo. La opción más firme a día de hoy es que el jeque mantenga la propiedad para mantener una línea continuista a través de su hijo.