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Albentosa quita el techo

  • "Hace tres años estaba en Segunda B, los que me conocían sabían que llegaría donde estoy pero esto no acaba, quiero seguir mejorando", dice el central "La vida en Málaga es una gozada", afirma

Un rápido vistazo a su curriculum basta para confirmar su progresión. No hace mucho tiempo se pateaba los inhóspitos campos de Segunda B. De aquello no hace ni dos años y medio. Entonces cada jornada era un suplicio para el Cádiz, pero él no paraba de acaparar elogios. Su notable rendimiento particular le sirvió para dar el salto al Eibar, donde logró llegar a Primera División y en pocos meses se forjó suficiente nombre como para que los ingleses del Derby County tiraran de chequera y pagaran su cláusula. Raúl Albentosa, según dice el propio futbolista, sabía que le llegaría su momento en la élite. Ha vuelto al eje de la zaga del Málaga por la lesión de Marcos Angeleri. Pero no se conforma y quiere más. Albentosa, de 27 años, se quita cualquier tipo de techo.

"Hace tres temporadas estaba en Segunda B. Todos los que sabían de mi vida sabían que más tarde o más temprano iba a llegar, siempre y cuando tuviera algo de suerte y me respetaran las lesiones. Pero que iba a llegar yo lo tenía claro. He tenido que trabajar, porque nadie me ha regalado nada. Aquí quiero disfrutar pero nada ha acabado, quiero seguir avanzando y seguir siendo mejor jugador. Mis compañeros también quieren jugar pero yo también estoy para ganarme el sitio. Espero que se me entienda, pero no estoy para verlos jugar. Me ha costado mucho llegar aquí y no voy a desaprovechar la opción que se me ha dado de estar en un gran club como el Málaga. Todos los minutos que juegue estaré atentísimo y defenderé la camiseta a muerte", cuenta.

Albentosa empezó el curso como titular, pero tras cuatro partidos perdió el sitio. La fractura de radio de Angeleri en Valencia permitió una nueva titularidad ante Deportivo y Sporting. Acumula 573 minutos en total. Llegó cedido en verano por el Derby County. No cuajó su experiencia en la Championship (equivalente a Segunda en Inglaterra). Albentosa asume que aún anda acoplándose al Málaga. "Estoy notando mejoría, aunque por regresar a España, conocer el idioma y el tipo de fútbol que se hace no tienes que entender a tus compañeros a la primera y conocer sus reacciones en el campo. Después de diez partidos me estoy habituando, es verdad, y también cogiendo el tono físico adecuado. Estoy contento, aunque no sé si seguiré de titular. Eso lo decide el míster", afirma. Javi Gracia tiene disponibles a sus cuatro centrales: Weligton, Angeleri, Filipenko y el propio Albentosa. "Pero yo pelearé a muerte para no salir, porque para eso he venido, para jugar, aprender y divertirme. Te diviertes jugando, y por eso quiero seguir jugando, para hacer lo que me gusta", remata el defensa originario de Alzira.

Hasta la fecha, el único central inédito en lo que va de curso es Filipenko. Albentosa afirma fijarse en sus compañeros. "Weligton y Angeleri son dos jugadores con mucha personalidad. Son gente con mucha veteranía, son muy expertos en esto. Estoy aprendiendo de ellos. Yo tengo 27 años y no dejo de aprender de todos. Igual me pasa con Filipenko, con el que no he jugado un partido pero me fijo en cómo entrena y cómo lo hace", señala Albentosa, que no duda si tiene que nombrar a un futbolista como ejemplo: Raúl Navas. Formaban dúo defensivo en Eibar. "Ya lo dije hace tiempo, con quien mejor me entendí en un campo es con Raúl Navas. Hay muchos con muchas cualidades. Cuando veo fútbol veo cómo se orientan, si son agresivos... Pero si tengo que destacar a alguien, destaco a Navas", asegura.

El malaguista cree que el equipo no va por mal camino y razona algunos de los malos resultados "en los pequeños detalles". "Hay faltas de atención que te hacen perder puntos, no sólo en defensa, sino también en ataque. Cuando ajustemos esas situaciones ganaremos más encuentros. Ilusión, trabajo y ayuda entre nosotros no falta. Con el Sporting se decidió el partido así. Tuvieron algunas contras pero no se volcaron, al revés. Pero por mala suerte o falta de ese algo al final no metes gol y pierdes, en ese caso creo que inmerecidamente", señala. Mañana llega el Betis para volver a la senda positiva.

Albentosa cuenta cómo fue su experiencia en Derby, en el centro de Inglaterra. Fichó en enero pero no tuvo la continuidad que disfrutó en el Eibar. Si el Málaga quiere su pase en propiedad, debe pagar un millón. "Llegué a mitad de temporada, hubo lesiones, el equipo empezó a andar mal, mi mujer estaba embarazada y se tuvo que volver, una vida diferente... Costó, costó. El club me ayudó mucho, pero llegó el Málaga y yo tenía muchas ganas de volver", narra. Dice que conducir por la izquierda no fue lo peor de su etapa británica. "El primer día me dejaron un coche y fui a Liverpool a por mi mujer. Ningún problema, y eso que estaba cayendo una nevada increíble, también en España. Desde Eibar me mandaron muchas fotos", rememora. Ni el idioma fue traba. ¿Lo peor? La comida. "Es muy diferente. Llega el desayuno y están con sus beans, sus revueltos de huevo... Yo comía en casa porque no me resultaban comidas familiares. Eran muy pesadas. El pan nunca se lo comen solo, siempre con mantequilla. Y siempre, siempre le echan muchas salsas a todo. Yo como muy sano, controlo mucho la comida, siempre pensando en el entrenamiento o el partido del otro día. Algún día me permito un lujo, pero pocas veces. Si acaso una paella cuando vienen mis padres", cuenta entre risas.

Está encantado en Málaga. Vive a pie de playa. "Y ves todos esos cruceros, y ese sol, y la luna iluminando el mar de noche... Eso no tiene precio. La vida aquí es una gozada", resume Albentosa, al que le gusta pasear con su bebé "por el paseo marítimo, el centro o el Plaza Mayor". Aunque tenga consola, no es de videojuegos "porque me aburro enseguida". "Somos más de ir al cine, aunque con el niño vamos menos", admite. Lleva la huella de su pequeño tatuada, así como dos coronas y varias referencias a sus padres, hermano y abuela. Cuenta que siempre ha seguido a todos los equipos que ha defendido: "Yo soy muy de sentimientos y aquí la gente por la calle te anima cuando peor vas. Eso me da muchas fuerzas. Siempre he visto partidos y las clasificaciones del Cádiz, del Murcia, el Eibar, hasta del Lepe... Si me voy del Málaga, y espero estar aquí mucho tiempo, siempre seré malaguista".

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