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Alonso y Ferrari, crónica de un matrimonio anunciado

  • El asturiano ve cumplido su sueño tras años de incesantes rumores.

El anuncio por parte de Ferrari de que el español Fernando Alonso será uno de sus dos pilotos oficiales a partir de la próxima temporada ha sido el capítulo final del largo romance que han mantenido en los últimos años el asturiano y la Scuderia, marcado en todo momento por la rumorología y condenado a terminar en matrimonio.

Aunque años atrás, con Alonso entonces en Renault y Michael Schumacher disputándose los títulos mundiales resultaba complicado vislumbrar esta unión, lo cierto es que en las tres últimas temporadas, y sobre todo a raíz de los problemas del ovetense en McLaren-Mercedes primero y en su nueva etapa en la escudería del rombo después, la 'boda' entre uno de los mejores pilotos del mundo y la escudería con más solera, era un secreto a voces.

Muy lejos quedan ya las reiteradas quejas del bicampeón del mundo a lo que entonces consideraba un trato de favor de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) hacia Schumacher en los campeonatos de 2005 y 2006 y con entonces Jean Todt al frente de Il Cavallino Rampante, al que siempre se le ha considerado como una piedra para que esta unión fructificara.

Con la salida de Schumacher primero y de Todt después, el encuentro entre escudería y piloto se ha intuido en todo momento más cercano, sobre todo con la llegada a la dirección de Ferrari de Stefano Domenicali, que junto al presidente de la compañía, Luca Cordero di Montezemolo, siempre han visto con buenos ojos el aterrizaje del español.

Después de una temporada aciaga en McLaren, dados los continuos enfrentamientos con Lewis Hamilton, posicionándose una y otra vez la escudería anglo-alemana del lado del británico, ya se especuló con un posible desembarco de Alonso en Ferrari, pero, para entonces, la Scuderia estaba bien representada con Felipe Massa y con Kimi Raikkonen, que ese mismo año se convertía en campeón del mundo, pescando en las aguas revueltas que bajaban en el equipo rival.

Con las puertas de Ferrari cerradas, nuevo cambio de rumbo y regreso a casa. Alonso volvía un año después a la escudería en la que ganaba sus dos títulos mundiales. Sin embargo, en esta nueva etapa en Renault ya nada era lo mismo. Un coche muy poco competitivo y reiterados errores mecánicos, hacían que el asturiano, alejado casi siempre de los mejores, acabara quinto en un 2008 muy difícil para él.

No obstante, el gran sprint final de temporada del ovetense, que conseguía tres podios (incluidas las victorias en Singapur, posteriormente reconocida como amañada por el accidente deliberado de Nelson Piquet Jr., y Japón) en las últimas cuatro carreras, unido a las promesas de Briatore de mejorar el monoplaza para 2009 y, sobre todo, la renovación de Raikkonen con Ferrari, hacían que Alonso se mantuviera en compás de espera, continuando un año más en el conjunto galo.

Así, el piloto español comenzó 2009 confiando en que la gran actuación del final de año anterior no fuera un espejismo, pero la revolución que estalló en el Mundial, con pequeñas escuderías como Brawn GP o Red Bull al mando, frustran desde el principio su deseo de volver a lo más alto.

El accidente en el Gran Premio de Hungría sufrido por Massa, baja hasta final de temporada, y la desastrosa actuación de Luca Badoer como sustituto del brasileño hicieron que los rumores se disparen de nuevo. Alonso empezó a figurar en las quinielas para sustituir al italiano, algo que incluso confirmó el propio Marc Gené, probador de Ferrari y que aseguró que en Maranello se barajaba el nombre de su compatriota.

No obstante, la situación contractual del español en Renault impide que la unión se precipite y, finalmente, su ex compañero el italiano Giancarlo Fisicehella, piloto de Force India, es el elegido para ponerse al volante del Ferrari de Massa. En las negociaciones con Fisicehella se acuerda que al año siguiente sería el tercer piloto, otra pista que vestía un poco más al español de rojo.

Pero el indicio definitivo, la pieza que hacía encajar el puzzle, llegó con el anuncio de que el Banco Santander, otra unión que llevaba tiempo rumoreándose, sería patrocinador de Ferrari a partir de 2010. Entonces, se disipan las dudas, la entidad financiera que ya fue de la mano de Alonso en McLaren, se asociaba a Ferrari, señal inequívoca de que el idilio pronto acabaría en boda.

En esta nueva etapa, Massa será la pareja del bicampeón del mundo, que llega en sustitución de Raikkonen, quien, rápido e irregular a partes iguales, siempre sembró dudas en las altas esferas de Maranello, sede acostumbrada a celebrar triunfos. 

Brasileño y español, que habrán aparcado aquel enfrentamiento verbal tras la victoria del asturiano en el Gran Premio de Europa de 2007, repetirán una alianza de países que ya se dio en Renault durante el año y medio que el propio Alonso ha compartido escudería con el también carioca Nelsinho Piquet. Además, el asturiano se reencontrará con Fisichella, su amigo y compañero en sus años más prósperos.

Pionero español en la élite de la Fórmula 1, Alonso, a sus 28 años, ve cumplido su viejo sueño. De Minardi a Renault, con paso intermedio por McLaren, el primer piloto nacional en subirse a un podio, en ganar una carrera, siendo incluso en su momento el más joven en hacerlo, y, por supuesto, un Mundial, se une a la escudería más laureada, formando un binomio perfecto que contará con el apoyo de una marea azul obligada a teñirse de rojo.

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