Fórmula 1 l Gran Premio de España

Alonso, engullido por la realidad

  • El asturiano rompió el motor del R28 y tiró por tierra las esperanzas de la afición · Raikkonen venció con facilidad por delante de Massa y Hamilton, que no le inquietaron

El finlandés Kimi Raikkonen consiguió el triunfo en el Gran Premio de España por delante de su compañero de Ferrari, el brasileño Felipe Massa, y del McLaren-Mercedes del inglés Lewis Hamilton, en una carrera accidentada en la que el ídolo local, Fernando Alonso, se retiró por un problema mecánico.

Raikkonen logra su segundo triunfo de la temporada y el tercero seguido de Ferrari, que gracias al segundo doblete en serie lidera ya el campeonato de marcas. El finlandés aumenta su ventaja al frente de la tabla de pilotos con 29 puntos, por los 20 de Hamilton, los 19 del polaco Robert Kubica (cuarto hoy con BMW) y los 18 de Massa tras cuatro carreras.

Alonso decepcionó a los 132.600 aficionados que asistieron al circuito de Cataluña en un caluroso día para ver su esperada resurrección. Se retiró en la vuelta 34, cuando el motor de su renovado Renault se paró.

Antes, el finlandés Heikki Kovalainen hizo contener la respiración con un espectacular accidente en la vuelta 21 al reventar la rueda delantera izquierda de su McLaren-Mercedes. A pesar de su violento choque con el muro de neumáticos, salió consciente del coche y fue trasladado al hospital sin lesiones visibles.

La primera curva era la clave de la carrera. Alonso salía a defenderse y Massa, Kubica y Hamilton a atacar. El español no pudo aguantar el ataque de Massa, que con su Ferrari le superó con claridad por el exterior. Hamilton adelantó por dentro a Kubica y quedó justo por detrás del Renault.

Dos curvas después, los alemanes Adrian Sutil y Sebastian Vettel chocaron y quedaron fuera de la carrera. Tuvo que aparecer el coche de seguridad. Fue un simple freno para Ferrari, que se disparó de nuevo con sus dos coches, en especial Raikkonen.

En teoría, poco se podía esperar ya en el previsible trazado del Circuito de Cataluña hasta la primera parada en boxes. Pero sólo fue teoría. Raikkonen estaba dispuesto a seguir con la estadística que decía que desde 2001 quien sale de la pole en Barcelona gana la carrera. Un año más se cumplió.

El finlandés, con el pelo rapado, se fue escapando vuelta a vuelta. Fue el único que rodó por debajo de 1:23 en los diez primeros giros. Massa, por su parte, incrementaba su hueco con Alonso, quien, a su vez, no se veía acosado por Hamilton.

Alonso confirmó que la buena clasificación del sábado era fruto, en parte, de un tanque de gasolina poco lleno. Fue el primero en entrar a repostar en la vuelta 16.

¿Cómo respondería el nuevo Renault con mucho peso? Los McLaren-Mercedes iban a parar tarde, por lo que era el momento de Hamilton para poder superar al español. Ferrari estaba en otra dimensión. Alonso perdió el puesto en favor del inglés y también de Kubica. El Renault, cargado, no fue tan competitivo.

En la vuelta 21 entró de nuevo el coche de seguridad por el aparatoso accidente de Kovalainen.

Con el safety car en cabeza y los coches alineados, todos los ojos estaban puestos en el estado del finlandés.

Lanzada de nuevo la carrera, los Ferrari seguían por delante de Hamilton y Kubica, mientras que Alonso era quinto. Pero el Circuito de Cataluña se estremeció y los 132.600 fans se unieron en un lamento: en la vuelta 34 el renovado R28 de Alonso se paró. Alonso se acercó a los fans, regaló el casco y se hizo una foto.

Hubo nueve abandonos en una carrera accidentada y con muchos problemas mecánicos consecuencia quizás de las nuevas evoluciones introducidas en la primera prueba del año que se disputa en Europa.

La segunda y última parada en boxes no alteró nada. Las últimas 15 vueltas fueron más tranquilas. Raikkonen, Massa, Hamilton y Kubica era ya el orden fijo. Pese a los coches de seguridad, el piloto finlandés nunca vio en peligro el triunfo en Montmeló.

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