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Aplausos para Moyà y sonrisas con Monfils

  • El poco público llenó el vacío de Nadal con los españoles y las filigranas del galo'Charly' entró frío y lo acabó pagando a pesar de sus bonitas dejadas y su revés a dos manos

De Moyà se es o no se es. Es una vivencia similar a la afición al Atlético de Madrid. Charly es el fallo incomprensible tras la magnífica dejada, el héroe que aparece cuando más deméritos acumula, brazos de acero y concentración de cristal. El público que acudió a la primera jornada inhaló el espíritu que le rodea y de ello vivió mucho de su entretenimiento. Aplaudió sus fallos y sus buenos golpes y se fue agasajado pese a la derrota. Sin el asidero de Rafa Nadal y a la espera de los protagonistas de la Davis hoy, a ello se agarraron los asistentes del Málaga Master Internacional, que mostraron sus preferencias por los españoles pero que disfrutaron con sorpresa las payasadas de Monfils, que engancharon sobremanera en la segunda semifinal.

No fueron muchos, apenas 2.000 los asistencias, porque se nota que el número uno del mundo no estaba en Málaga. En cambio, pudieron disfrutar de dos partidos de tenis parejo, que es lo bueno que ha ganado la edición de la presente temporada.

El gran atractivo salió primero a escena. Aplaudido desde el calentamiento, Moyà intentó dejar sobre la pista la gran variedad de su repertorio. Lo mejor de él, cómo no, salió en los intercambios desde el fondo de la pista. Su revés cruzado a dos manos arrancó los mejores aplausos en el primer set, que quedó empaquetado en media hora. En reciprocidad a los aplausos, el balear intentó calentar al público con atractivas dejadas y fuertes golpes desde el fondo de la pista. Algún escarceo para la galería que también contagió a Safin fue el intento del palmesano por avivar la fría noche del Carpena. El ruso, además de su característico revés a dos manos con saltito, también trató de ayudar a la exhibición.

En la segunda serie Monfils aterrizó sin sus gestuales celebraciones de puntos, pero a cambio ofreció todo un recital de filigranas futbolísticas con la pelota, buscó la complicidad del público en sus fallos y malabarismos con la raqueta y hasta bromeó con los jueces de línea. Para Ferrero también hubo una generosa ración de vítores, puesto que siempre arriesgó con su derecha profunda.

No obstante, los dos nacionales se quedaron fuera de semifinales. Ahora le toca a los chicos de la Davis cambiar la dinámica en la jornada sabatina.

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