El Unicaja está en proceso de autoafirmación. Y una victoria ante el Baskonia, capaz de fichar jugadores de importante pedigrí NBA, jugar la pasada Final Four, atemorizar a los grandes de Europa y reformularse constantemente aunque el runrún deudor sea incesante, es un triunfo de tronío (82-72). El equipo vasco ocupa el lugar que desearía el Unicaja, pero la cabina para acompañar a los futboleros se ha quedado este año en un monovolumen en el que sólo subió el Baskonia. Y parece que será a largo plazo, la batalla será montarse anualmente junto a ellos. Al otro lado de la licencia se valora más, si cabe, una victoria. 

El Unicaja dominó durante 35 minutos, llegó a dominar por 21 puntos (39-18) para quedarse en sólo tres (62-59). Se temió una debacle, pero en el último cuarto se dominó con ritmo americano, de California a Illinois, de Fogg a Smith. La dupla tumbó la resistencia baskonista. Destacable lo de Fogg, que parecía que iba a ser laminado por Plaza tras un par de errores. El técnico le dio confianza, contra pronóstico. Y la clavó. 12 puntos en los ocho minutos finales fue la respuesta. Antes, Alberto Díaz, dos triples de los que hay que meter cuando tiembla la mano, había puesto varios diques para contener. Cómo progresa el pelirrojo.

Se puede reprochar que, de nuevo, hubo dependencia del triple, pero será una constante, por la confección de la plantilla, que marque el sino de los partidos el acierto exterior. 11/24 y 7/31 fueron los porcentajes en triples de los dos equipos. Pero también se ganó el rebote, se repartieron siete asistencias más y, de fondo, el Unicaja quiso, tuvo voluntad. Es también un efecto colateral de la nueva Euroliga, los equipos la privilegian. Hanga y Bargnani hubieran jugado en otra circunstancia. El Baskonia elevó mucho el nivel físico en la segunda mitad. Tras minutos de duda y de cierto miedo, el Unicaja respondió. 

Era un partido de reválida tras 30 minutos malos ante el Bayern y el Unicaja comenzó con una marcha más que el Baskonia, como si el equipo vitoriano hubiera gastado demasiada munición (se añadió la citada baja de su capitán, Hanga, a las de Bargnani y el recién fichado Budinger) en el doble duelo intersemanal de Euroliga. Tras un 8-12 favorable a los baskonistas, la respuesta cajista fue severa. Con la anotación repartida y varios focos peligrosos, fue constriñendo las opciones de tiro baskonistas. Desde el minuto 6 hasta el 19, el equipo vitoriano sólo metió seis puntos. Se pasaría a un 39-18.

El Unicaja encontró equilibrio para anotar y los azulgranas no vieron aro desde el triple hasta su 15º intento, ya al filo del descanso. Ello propició una lanzadera para correr, aunque no se terminó de aprovechar para romper el partido. Puede resultar una temeridad decir que se perdonó la vida a un rival cuando se gana por 16 puntos al descanso (39-23), pero se dieron las condiciones para haber casi duplicado la renta. N'Diaye hizo honor a su fama y encadenó fallos en tiros libres (1/6 el africano y 4/11 todo el equipo al descanso) y se salieron dos triples de Brooks y Fogg que pudieron expandir más la renta. N'Diaye forzó las faltas en alley hoops cortados. Su radio de acción es 10-15 minutos para darlo todo. Cuesta verle en finales apretados o en momentos candentes. Tras llegar a un tope de 21 puntos (39-18) después de un triple de Fogg, el californiano perdió un par de balones después de que Plaza le quitara el bastón de Alberto Díaz y le dejara como base. Se van acumulando evidencias para pensar que será complicado verle triunfar aquí en esa posición, después reventaría el partido con Alberto y Smith al lado. Y el Baskonia, que había estado enterrado, sacó un poco la cabeza después de anotar su primer triple y un contrataque del admirable Jaka Blazic, siempre competitivo.

Y la lógica volvió con un Baskonia a alto nivel tras el descanso. En cinco minutos metió 16 puntos. Con el terrible Shengelia al mando, una navaja suiza capaz de machacar en un contraataque, meter un triple, postear o penetrar acabando con cualquiera de las dos manos, la diferencia se redujo en un visto y no visto a siete puntos (44-37). En momentos difíciles, pasársela a Musli es complicado. Y ahí los equipos rivales van calando al Unicaja, cortan las líneas de pase en el exterior. Sin Nedovic se pierde mucha capacidad de desequilibrio para quebrarlos. 

Ahí recibió una bombona de oxígeno el Unicaja de parte de Alberto Díaz, que metió dos triples en situaciones complicadas. La progresión del malagueño pasa por ahí. Si añade ese registro con continuidad, y la va teniendo, es un jugador de otra dimensión. Volvió por encima de los 10 puntos el Unicaja, pero Blazic no se rendía (58-50 al final del tercer cuarto). Akognon colocó a su equipo a tres puntos, aunque falló dos tiros libres (62-59). Plaza dejó a Fogg como base al inicio del último cuarto. Tuvo momentos de duda, perdió un balón y parecía que iba a ser cambiado. Lafayette había hecho un partido silencioso pero efectivo (nueve puntos y 10 asistencias), pero Plaza apostó por dejar a Fogg con Alberto Díaz y bajó el quinteto con Smith de alero. Y Fogg detonó. Una canasta con rectificado a media distancia, un triple, otro triple. Dos tiros libres, otros dos tiros libres. 12 puntos del californiano para reventar el partido. Al Baskonia se le acabó la gasolina y el Unicaja aún tenía reservas para tirar hacia arriba, porque deseaba una victoria. Cinco en los últimos seis partidos. El Bayern fue un borrón. Pero se firma con sangre esta secuencia hasta final de temporada.

Ficha técnica

Unicaja (22+17+19+24) 82: Lafayette 9, Smith 15, Waczynski 9, Suárez 6 y Musli 10 -quinteto inicial-. Fogg 19, Díaz 9, Díez 4, Brooks 0 y N'Diaye 1.

Baskonia (14+9+27+22) 72: Larkin 4, Beaubois 12, Blazic 16, Shengelia 11 y Voigtmann 6 -quinteto inicial-. Akognon 12, Sedekerskis 3, Diop 2, Tillie 4 y Luz 2. 

Árbitros: Pérez Pérez, Manuel y Aliaga. Eliminado: Voigtmann.

Incidencias: 6ª jornada de la Liga Endesa. Encuentro disputado en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena. 7.461 espectadores, según datos oficiales del club.