Mireia Belmonte, lesionada en los dos hombros, viajará a Kazán, donde se celebrará los Mundiales de natación (del 24 de julio y el 9 de agosto), aunque no aseguró que acabe compitiendo y en todo caso no cumplirá el exigente programa de siete pruebas que tiene.

"Mi intención es ir y decidir una vez allí, en Rusia. No me gusta renunciar a nada, porque te quedas siempre con la duda de qué hubiera pasado y eso es todavía peor", aseguró la de Badalona, que arrastra problemas desde hace unos tres meses. Tiene una bursitis en el hombro izquierdo y una inflamación en el tendón del derecho que le impiden entrenarse y le causan mucho dolor. De hecho, reconoce que son "lesiones largas" de las que "no se curan en un mes".

"Espero estar en Kazán, pero la verdad es que no sé qué va a pasar. En realidad vivo más pendiente del trabajo con el fisioterapeuta que del agua. No he competido desde hace tiempo y no me queda más remedio que vivir al día. Lo prioritario es curarme bien, claro", afirmó en Marca.

Belmonte tiene en los Mundiales un programa exigente. Está inscrita en siete pruebas (200 estilos, 200 mariposa, 400 libres, 400 estilos, 800 libres, 1.500 y los cinco kilómetros de aguas abiertas), pero, si llega a competir no lo hará en todas. Su entrenador, Fred Vergnoux, prácticamente ya la ha descartado para las más duras: cinco kilómetros, los 1.500 y los 800 metros.

Asegura Belmonte que hace un mes apenas podía mover los brazos, pero que ha mejorado mucho en las dos últimas semanas, aunque sin competir. Con este panorama, no es descartable que la catalana incluso no llegue a nadar en Kazán, porque el objetivo prioritario son los Juegos de Río, que precisa la preparación de todo un año y no puede arriesgarse a una recaída. "El 31 de agosto debo llegar curada, perfecta. Ahí empieza la temporada, la preparación y es vital hacerlo sin molestias", afirma. "Todo lo que sea atrasar el trabajo significa que vas mal. Es un año, un año sin tregua", destacó.