Más allá de sus dotes futbolísticas, dicen los que trabajaron con Manuel Pellegrini que tenía una habilidad especial para hacerse entender, que su discurso calaba de una manera especial. Las arengas antes de los partidos de Champions son muy comentadas entre los que las vivieron, así como los consejos y discursos personales. Más aún teniendo en cuenta que no se dejaba caer mucho en esa faceta. Sin embargo, Carlos Kameni guarda buenos recuerdos de algunas de sus conversaciones. Sobre todo la última, ya con el chileno como entrenador del City, en uno de sus variados viajes a Marbella para aprovechar días de descanso.

Sucede, no es noticia, que el camerunés tuvo que vivir a la sombra de Willy Caballero durante dos años y medio. Era muy consciente de ello Pellegrini, que al poco de fichar a Kameni se dirigió a él para comentarle lo que le aguardaba. El Ingeniero agarró un día en privado a Kameni y le pidió paciencia y trabajo. Un portero de su caché, internacional con Camerún intocable y reputado en España, tenía que ser el suplente de Caballero, medio desconocido que venía de la Segunda División. Intentó concienciarle de que sólo haciendo un buen trabajo estaría preparado para cuando le llegara la oportunidad de ser el titular, ocurriera antes o después. No sólo obró así con él, también instó al club a mejorar las condiciones contractuales de Caballero, pues su sueldo era bastante inferior al del meta suplente. Y así ocurrió.

Esa fue la primera parte de la conversación. La segunda tuvo lugar no hace mucho, cuando de visita por Málaga Pellegrini aprovechó para felicitar a Kameni. Por su actual estado de forma, siendo al fin titular en la meta blanquiazul, y por su gran actitud y paciencia para estar preparado tras la marcha de Caballero a Inglaterra y su consecuente paso adelante. Le presentó sus respetos por lo gran profesional que fue durante su tiempo como suplente y le vaticinó que le iría bien como meta titular del Málaga en esta nueva etapa. Ahora que ha completado dos encuentros extraordinarios ante Real Madrid y Deportivo, la guinda para una campaña en la que estaba mostrando buen tono, seguro que Kameni recuerda con mucho cariño esas palabras del entrenador chileno.

Durante el gobierno tiránico del guardameta argentino en Málaga, sólo interrumpido por un par de lesiones que permitieron al africano dar un paso al frente, los miembros del cuerpo técnico que trataron con Kameni, tanto de Manuel Pellegrini como de Bernd Schuster, le felicitaron por su gran comportamiento. Tanto por lo que daba en los entrenamientos como por el apoyo continuo que mostró a Caballero, aun en sus momentos personales más bajos, como cuando estuvo a punto de salir en el mercado de invierno pasado o tuvo problemas con el seleccionador de Camerún y se vio obligado a renunciar a jugar más con su selección. El propio Caballero siempre reconoce en privado que la actitud de Kameni fue ejemplar y que en todo momento resultó un gran apoyo y una magnífica competencia para tenerlo siempre alerta. Ahora la situación ha cambiado y es Kameni el que tiene que defender su escaño como titular. Le gustaría que Ochoa, su competidor, le diera el mismo apoyo y respeto que él tributó a Willy, pero sabe que eso no depende de él. Y aunque no le gusta un pelo tanta corriente desde México para que el Memo juegue por delante de él, prefiere quedarse con los comentarios que recibe de sus compañeros aquí y, sobre todo, de la afición, tanto dentro como fuera del campo.