Uno de los grandes favoritos en el Mundial, la Brasil de Neymar y Coutinho, se mide con una México que buscará la hazaña para conseguir superar la fatídica ronda de octavos de final por primera vez en 32 años.

El cruce de las dos mayores economías latinoamericanas es muy desigual al menos en las cifras en el fútbol. Por un lado, la única pentacampeona del mundo y candidata a ganar su sexto título. Y por el otro, una selección con el estigma de haber pasado con más pena que gloria por la historia de los Mundiales e insegura tras haber caído goleada por 0-3 por Suecia en su último partido, pese a ganarle a Alemania en el debut.

México, que vive tiempos políticos revueltos por la posible elección de su primer presidente de izquierdas en décadas, aspira a hacer también historia deportiva en Rusia 2018: ganarle por primera vez a Brasil en un Mundial, con el que cayó tres veces (dos de ellas con goelada, en 1950 y 1954) y empató otra, en 2014, en sus cuatro encuentros en una Copa del mundo. Pero enfrente tendrá sin embargo a un gigante que quiere hacer olvidar su último gran fiasco, la humillante eliminación por 1-7 a manos de Alemania en las semifinales de 2014, llevándose el título de Rusia a casa.

El trauma de México es menor, pero también doloroso en un país acostumbrado a sufrir en el fútbol y que se desespera e ilusiona con igual intensidad con los vaivenes de su selección. La Tri se viene estrellando una vez tras otra en esta ronda desde 1986. La imposibilidad de llegar al famoso quinto partido es vista casi como una maldición deportiva en la tierra conocida por sus vistosos cultos religiosos a la muerte.

Después de que los mexicanos tumbaran por 1-0 a la aún vigente campeona, Alemania, y se vieran ya casi en octavos tras doblegar también a Corea del Sur, rozaron la tragedia por su estrepitosa caída ante Suecia. En su mejor versión de los últimos años está en cambio Brasil, impulsado por un gran Coutinho mientras espera la explosión definitiva deNeymar. Y además hay más artillería con Gabriel Jesus y Willian, también el siempre incisivo Paulinho y en el banquillo Firmino espera en cada partido su oportunidad.

Una vez en la ronda eliminatoria de Rusia 2018, los temores de la canarinha son distintos: que los nervios y la presión psicológica traicionen a los jugadores y les impidan coronarse campeones en Moscú el 15 de julio, el único resultado posible para que su expedición mundialista no sea considerada un fracaso.

"La camiseta no gana partidos. Tenemos el ejemplo de Alemania", avisó Casemiro, el jugador a cargo de impedir los contragolpes de los veloces delanteros mexicanos, la otra preocupación dentro del campo de una Brasil que debe controlar la pelota y llevar la iniciativa en Samara y que incluso ha practicado los lanzamientos de penalti.

En Brasil la duda era Marcelo, que se retiró con problemas lumbares del último partido de la fase de grupos ante Serbia, atribuidos a un espasmo sin mayores consecuencias en la columna. El lateral izquierdo viajó con el equipo a Samara y se entrenó ayer, pero el técnico brasileño confirmó que el lateral titular será Filipe Luis.

Las bandas, en caso de que se pudiera hablar de debilidades en un equipo desbordante de talento, son justamente las zonas que más preocupan a Tite. Danilo tampoco pudo jugar los últimos partidos por molestias en la cintura y ya recibió el alta médica y podría volver en lugar de Fágner.

El equipo mexicano dirigido por el colombiano Juan Carlos Osorio sufrirá la única baja del central Héctor Moreno, por acumulación de amarillas.