Cuartos de final. Holanda-Brasil

Brasil no tiene cabeza

  • Holanda remonta un partido que tenía perdido con un autogol de Felipe Melo, que luego se autoexpulsó, el liderazgo de Robben y Sneijder y la incapacidad del rival para nadar contra corriente

Lejos de la esperada descomposición francesa y de la razonable penitencia italiana, Holanda dio la gran sorpresa del Mundial de Sudáfrica dejando en el camino al gran favorito del torneo. Brasil, al menos hasta el próximo torneo, del que será organizador, seguirá siendo 'sólo' pentacampeón del mundo. Su mala cabeza, todavía más que las innegables cualidades de la 'oranje', le costó la eliminación. Y la eliminación en Brasil es el drama de los dramas.

No se puede decir que el triunfo holandés sea injusto, o que tuviera suerte. Pero desde luego, suerte no tuvo Brasil, la petulante Brasil de Dunga. Firmó un primer tiempo sensacional con un espectacular Robinho al frente. Firmó una miserable segunda mitad con Julio César y Felipe Melo al frente. Y la Holanda de Robben y Sneijder demostró una capacidad de superación tremenda y tener mucha más cabeza que el rival.

Holanda vengó las dos últimas eliminaciones ante Brasil, en EEUU 94 y en Francia 98. En el primer caso, en cuartos de final, protagonizaron sin duda el mejor partido de aquel torneo (3-2 para Brasil); en el segundo, en semifinales,  la canarinha tuvo que esperar a los penaltis para meterse en semifinales. En 1974 sí ganó Holanda, que luego perdería la final contra la local Alemania. Entonces, los cuartos de final se jugaban por grupos. Ganó Holanda 2-0 con goles de unos tales Neeskens y Cruyff.

Esta vez, todo parecía de cara para Brasil y cruz para Holada. Los únicos equipos del Mundial capaces de formar con los dorsales del 1 al 11, en Brasil faltaba Elano por lesión y en Holanda no faltaba nadie... hasta que Mathijsen se lesionó en el calentamiento, dejando su sitio a Ooijer. Como Alves, el sustituto de Elano, con el 13. Holanda lo notó de salida, mucho. Heitinga es un buen defensor pero una infamia tácticamente. Luis Fabiano lo arrastró en el minuto 10 como a un colegial y Felipe Melo conectó con Robinho con un pase al hueco largo y preciso. Robinho ejecutó sin piedad a Stekelenburg –por segunda vez, pues dos minutos antes le fue anulado un gol por fuera de juego de Daniel Alves– y Brasil se colocaba como más le gusta, por delante en el marcador y ya relamiéndose pensando en el contragolpe.

Holanda no fue capaz de tener una ocasión a la que se le pueda llamar ocasión en toda la primera parte. Perfectamente controlada por Brasil, era cuestión de tiempo que Robinho, o incluso Kaká, terminara el trabajo. Con la ayuda de Luis Fabiano o de las incorporaciones de Maicon y Daniel.

Algo perdida, a la oranje la rescató la mala cabeza de Brasil. Con Bastos jugándose la segunda amarilla en cada acción con Robben, la falta en la que el árbitro japonés más claramente se la perdonó la lanzó Sneijder para que Julio César, el portentoso Julio César, saliera de forma algo alocada y sin que le oyera Felipe Melo, quien peinó hacia su portería desequilibrado por la salida de su portero.

En una acción aislada, y ciertamente afortunada, Holanda se encontró con el empate y Brasil se desquició. La escasa cabeza que le quedaba la terminó de perder. Juan, con Robben agigantado, cedió un córner cuando podía despejar de banda y el saque del zurdo lo peinó Kuyt para que apareciera Sneijder cruzando a la perfección de cabeza. Metro setenta de centrocampista rematando a placer casi en el área de meta ante la pasividad de Gilberto Silva y Felipe Melo. Con 25 minutos por delante, Brasil se descompuso.

Melo, fuera de sí, tumbó a Robben con dos patadas al tobillo antes de pisarle el muslo en las mismas barbas del árbitro, que no tuvo más opción que dejar a Brasil con diez. Y los que ya andaban con la cabeza al límite, como Robinho, Kaká o Daniel Alves, la terminaron de perder. Con el reloj afilando la guadaña, todo fueron prisas, imprecisiones, lagunas.

Ya estuvo siempre más cerca de marcar Holanda el tercero que Brasil de tener esperanzas. Algo debió temer Bert van Marwijk cuando se dejó dos cambios sin hacer, pero que Dunga no encontró la forma y ni siquiera agotó los cambios buscando algo a lo que agarrarse.

Holanda, con bastante mérito, se convierte en el segundo equipo en todo este Mundial capaz de ganar remontando un marcador adverso. Sólo lo había hecho Dinamarca ante Camerún en la primera fase (también 2-1), lo que da buena cuenta de la importancia que tiene adelantarse en el marcador. Brasil no contaba con nadar contra corriente, ni con su mala cabeza. Ni con el primer autogol de toda su larga historia mundialista. Ni, por supuesto, con marcharse sin la copa.

2 - Holanda: Stekelenburg; Van der Wiel, Heitinga, Ooijer, Van Bronckhorst; Van Bommel, De Jong; Robben, Sneijder, Kuyt; y Van Persie (Huntelaar, 85').

1 - Brasil: Julio César; Maicon, Lucio, Juan, Bastos (Gilberto Melo, 62'); Gilberto Silva, Felipe Melo, Daniel Alves; Kaká; Robinho y Luis Fabiano (Nilmar, 77').

Goles: 0-1 (10') Robinho. 1-1 (55') Felipe Melo, en propia meta. 1-2 (68') Sneijder.

Árbitro: Yuichi Nishimura (japonés). Expulsó a Felipe Melo (74'). Amonestó a Heitinga, Michel Bastos, Van der Wiel, De Jong y Ooijer.

Incidencias: Partido de cuartos de final disputado en el estadio Nelson Mandela, de Puerto Elizabeth, ante 46.732 espectadores. Holanda jugará las semifinales, para las que perderá a Van der Wiel y De Jong por sanción.

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