Para disgusto de la NFL, en la Super Bowl de hoy en Nueva Jersey, al final, no habrá nieve ni un frío tan intenso, por lo que el duelo en la gran final del fútbol americano entre los Denver Broncos y los Seattle Seahawks será menos épico de lo esperado, aunque las temperaturas serán más bajas de lo habitual en este evento.

La época del año en la que se disputa la Super Bowl hizo que tradicionalmente la NFL se decantara como sede por una ciudad de clima templado como Dallas, Los Ángeles, Miami o Nueva Orleans, o por estadios techados como el de Indianápolis o Atlanta. Sin embargo, la liga decidió que por un año el frío y la nieve tampoco estarían mal: febrero es el mes que más nieva en East Rutherford, Nueva Jersey, donde se ubica el estadio MetLife. Pero finalmente no será para tanto. Los pronósticos hablan de que la temperatura al inicio del duelo estará en torno a tres grados centígrados, similar a la del Super Bowl más fría de la historia, jugada en 1972 en Nueva Orleans, y superior a la de algunos encuentros disputados en diciembre en el noreste del país.

Dejado a un lado el frío, el interés se centrará en el duelo deportivo. Peyton Manning, líder de los Broncos y uno de los grandes quarterbacks de la historia, buscará su segundo anillo tras el conquistado con los Indianapolis Colts en 2007.

Los Broncos buscan su tercer título en la que será su primera final en 15 años, mientras que los Seahawks disputan su segunda Super Bowl con la ilusión de conseguir el primer anillo. "Es mi decimosexta temporada y sé lo difícil que es llegar a una final", dijo Manning, de 37 años y del que hace dos años se dudaba que pudiera volver a jugar tras cuatro operaciones en el cuello. Manning tendrá enfrente al joven y pequeño Russell Wilson, de 25 años. "Un día quiero ser como él", decía Wilson sobre su rival de esta noche, en un duelo que verán más de 100 millones de personas. Pagar por tanto cuatro millones de dólares por 30 segundos de publicidad tiene su explicación.