El CAI nadó durante contracorriente para remontar las ventajas que tuvo el Real Madrid y acabó muriendo en la orilla en el último minuto (74-80). El conjunto aragonés tuvo la virtud de no rendirse nunca y eso le permitió llegar a ese último minuto con opciones de victoria (74-73) pero una desgraciada acción acabó por costarle sus opciones de triunfo.

Tras una falta de Jelovac que acabó en canasta de Llull y tiro adicional a falta de 60 segundos, el ala-pívot tiró el balón hacia arriba con tan mala fortuna que le cayó en la cabeza a uno de los colegiados, que señaló técnica y con ella enterró el sueño local. El marcador pasó a ser 74-78 a menos de 20 segundos, lo que dejó sentenciada la contienda.

El inicio estuvo marcado por la intensidad de las defensas. El equipo maño desaprovechó su gran dominio bajo los aros, capturando el doble de rebotes que su oponente, porque apenas acertó en las segundas oportunidades que tuvo en algunos momentos y eso desembocó en unos 10 minutos igualados (14-14).

Al comienzo del segundo parcial cambió la marcha del juego ya que los de Pablo Laso comenzaron a ver aro y a marcar diferencias, y eso a pesar de la lesión de Rudy, quien ya no volvió al parqué. Esta ausencia, y la de Reyes por un asunto familiar, no impidió que su equipo dominara el partido. El CAI sufrió el acierto de su rival en los siguientes tres minutos y medio en los que el Madrid marcó un parcial de 4-13 (24-31), diferencia que llegó a subir a 10 puntos (26-36) a tres minutos para el descanso.

Los locales mejoraron sus prestaciones a la vuelta de vestuarios, pero sólo en la labor ofensiva porque no consiguieron frenar la efectividad blanca, lo que se tradujo en un intercambio de canastas que acabó favoreciendo al conjunto foráneo, que lograba la mayor renta del partido, 14 puntos (41-55), mediado este periodo.

Sin embargo, el CAI Zaragoza tiró de orgullo y de mucha intensidad defensiva para, sin desmoralizarse, ir reduciendo la ventaja progresivamente hasta alcanzar el último minuto con 74-73 con la ya citada acción de Jelovac que fue decisiva para el resultado final.