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Cañones contra tirachinas

  • Diferencia El contraste numérico y goleador de Málaga y Poli Ejido marca un encuentro muy desnivelado Bueno La jornada es propicia para que los de Muñiz amplíen distancia con sus perseguidores

Batallas tan desigualadas como la que se brinda esta tarde sólo conciben un único final. La historia, la lógica y las matemáticas apenas ofrecen resquicios a un Polideportivo Ejido que blande armas casi irrisorias ante el mejor arsenal de la categoría. Quizá la psicología abre una puerta a la esperanza a los de Castro Santos, si es que aún la enarbolan. Adelantarse en el marcador, tensar la paciencia local, apelar a la guerra de guerrillas en definitiva, aparecen como consuelo. La Rosaleda no recibirá a un rival tan endeble como el de hoy de aquí al final de temporada. Un borrón en esta línea resultaría imperdonable para la meta del ascenso.

No hay otra que la victoria. Se parte de la premisa de que ambos opondrán las mismas ganas, su cien por cien. En ese escenario, la calidad y la moral de los de Muñiz deberían resolver sin grandes problemas. La afición no concebiría otro resultado ante el colista, máxime cuando los duelos directos de la jornada abren un panorama propicio para ampliar la saca de puntos con los persecutores. Incluso poder recortar distancias con el líder, una mira que los más ambiciosos, los que no se conforman con ir partido a partido, han pintado estos días como gran realidad del equipo. Bajo la exigencia subyace una bendita realidad: este Málaga ha acostumbrado a su afición a ganar. El estigma perdedor de los últimos dos años ya no sangra.

Cierto es que la categoría de plata ya ha dejado bien claro que esta es la Liga de los matices, que el patrón de los 22 conjuntos se clona y apenas es el gol el elemento diferencial. Pero ahí media un abismo entre ambos conjuntos. Salva ha recaído y estará un mes más fuera de circuito. Por entonces, se habrá perdido 14 de 30 encuentros. El Málaga sigue siendo el máximo goleador (empatado con el Numancia a 39 goles) pese a ello. El detalle define a la perfección lo bien que produce la maquinaria de Muñiz.

Por suerte para el Málaga y sus fieles, esos que hoy tienen otra prueba de fuego para demostrar fidelidad en Martiricos -no hay televisión, sí buen tiempo-, el precedente de Córdoba está muy cerca. Más bien, el de Castellón. La apelación al espíritu con el que se arrancó en dicho encuentro se ha convertido en el prototipo de lo quieren jugadores y afición. Para ello, el técnico apostará de nuevo por Calleja junto a Antonio Hidalgo. Ahí, entre líneas, es donde el Málaga desmenuza los partidos y abre a los oponentes. Con todos esos factores, el partido ha de ser de trámite. Son cañones contra tirachinas.

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