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El Carpena vivió una de esas noches

  • Gritos de "¡MVP, MVP!" para Germán y Granger Los jugadores salieron del vestuario para agradecer el apoyo

Fue una de esas noches en un Carpena desencadenado que impulsó al Unicaja hacia el triunfo definitivo ante el siempre rocoso Laboral Kutxa Baskonia. Comoquiera que el partido no tuvo nada que ver con el primero disputado el pasado jueves en el Palacio, un primer encuentro en el que los de Plaza dominaron desde el comienzo y no ganaron con mayor holgura por cierta dejadez, la afición cajista sacó toda la artillería, exhibió pulmones y usó todos los decibelios habitados en su garganta. Se registraron 8.591 espectadores. No hubo lleno, se apreciaron algunos asientos azules en los fondos, pero el Carpena recibió a 300 aficionados más respecto al anterior choque. 8.591 que parecieron 11.000. Los suficientes para que fuera una de esas noches.

El Martín Carpena terminó de encenderse en el tercer cuarto. Fue durante ese tercer parcial cuando el conjunto malagueño puso la directa. Fue un triple de Suárez, el que puso el 53-53 e igualó la contienda, lo que prendió la pecha. Desde el banquillo baskonista se pidió tiempo muerto y Kostas Vasileiadis saltaba a cancha como un poseso para animar a sus compañeros. Ahí se sabían ganadores el Unicaja y el Carpena, reclamado segundos después por Jayson Granger. El base charrúa pedía con gestos a la grada más ruido. El ruido no cesó hasta el final.

Granger fue protagonista el resto del partido. Máximo anotador con 19 puntos y mejor valorado con 25, fue vitoreado por la masa cajista. "¡MVP, MVP!", gritaba el Carpena al recientemente elegido mejor base de la Liga. Terminó un tanto magullado por un choque con un rival a 40 segundos de la conclusión, pero no se marchó de la cancha. Casi le da tiempo a machacar el aro tras un robo, pero fue detenido con una falta. No hay quien pare a Granger.

También se gritó "¡MVP!" a Germán Gabriel, gran último cuarto el suyo. Menos aplausos hubo para Toolson y su último mate. No sentó bien en el bando baskonista, ya con todo decidido.

"A por el Barcelona, oé" y "¡Sí, se puede!" fueron los gritos finales. Buena parte de los 8.000 fieles siguieron celebrando el pase en la grada y los jugadores salieron del vestuario para agradecer el apoyo. Espera el Barça.

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