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Ciclismo al más alto nivel

  • Hesjedal se apunta el primer triunfo en La Camperona Froome resurge y Contador, que sufrió más de lo esperado, mantiene el liderato

Ryder Hesjedal (Garmin) subió como una moto las temidas rampas de La Camperona y estrenó la inédita cima leonesa, donde se animó la Vuelta con la resurrección de Chris Froome, ya en el cajón tras superar al líder, Alberto Contador, y al resto de favoritos.

Acusado días atrás de usar motor en su bici, Hesjedal, de 33 años, volvió a triunfar en la Vuelta, como ya hizo en 2009 en el Alto de Velefique. Y sin ayudas mecánicas, a puro pedal. Último superviviente de la escapada del día, atacó a 2 kilómetros de la cima de La Camperona, donde los muros se levantan un 30%. El jefe de filas del Garmin, ganador del Giro 2012, hubo de anular la escapada de Zaugg, que ya soñaba con el honor de estrenar el nuevo símbolo de la ronda, pero una vez superado el suizo arrancó sin piedad. Entró haciendo eses, tambaleándose y exhausto.

Si lo de Hesjedal fue una especie de resurrección, no fue la única. En la otra liga se probaron los gallos y alguno cantó más alto que los demás. Parecía hundido Froome tras los ataques de Alejandro Valverde y Contador, pero el británico también tiró de su motor natural para demostrar que no quiere tirar la toalla.

Resurgió el ganador del Tour 2013. Está presente en la Vuelta y dispuesto a que Contador no disfrute de un paseo militar hasta Santiago de Compostela. Ya está en el podio, tercero, a 1.13 minutos del madrileño, a quien se le atragantaron las subidas del nuevo puerto, consideradas como de las más duras del ciclismo. Froome transmite apuros. Cabeza agachada, pendiente de la batidora prendida en el manillar que le indica el límite de su esfuerzo, pega chepazos y cabecea, pero no se descuelga. Es un experto haciendo la goma. Cuando se le daba por eliminado pasó a todos sus enemigos a 600 metros de la raya, y en meta los castigó con unos segundos que llevaban un mensaje claro: "Estoy aquí".

El primer asalto del tríptico de montaña dejó muy tocado a Rigoberto Urán, que pasó del tercer al quinto puesto, a 2.07 del líder. También confirmó a Froome como candidato, demostró que Contador no es indestructible, que Joaquim Purito Rodríguez quiere pelear por su gran triunfo pendiente y que Valverde da una de cal y otra de arena. Aun así, se mantiene segundo.

La jornada tuvo su principal aliciente en el estreno del Hijo del Angliru. Por estas tierras del Valle de Sabero había ilusión por lo que pudiera suceder. Por Sabero, a 10 de meta, pasaron una decena de fugitivos, supervivientes de la masiva escapada que se formó a 40 kilómetros de Santander, el punto de partida. Allí viajaban Imanol Erviti y dos hombres del Caja Rural, Luis León Sánchez y David Arroyo.

Oliver Zaugg, compañero de Contador en el Tinkoff, rompió el orden para sacar oro de la antigua zona minera leonesa. Pero no contaba el suizo con Ryder Hesjedal, aquel que arrebató a Purito el Giro en la última etapa.

Hesjedal tiro de pico y pala y buscó la veta del triunfo. Sin motor. A pura pierna para entrar en la historia como el primero en hollar la cima de La Camperona.

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