A cinco jornadas de la primera línea de meta, el Clínicas Rincón sigue divisándola tan cerca como el que más. Continúa compartiendo la cabeza de la LEB Plata con Akasvayu Vic e Illescas, pista que visitará el sábado, tras derrotar ayer al CAI Huesca (76-68). Un equipo el aragonés que evoca tiempos pasados, de cuando a finales de los 80 y principios de los 90 jugaba con dignidad en la ACB. Su camiseta la vistieron grandes de esto como Granger Hall, Brian Jackson o Alphonso Ford. Pero su versión actual, dos escalones por debajo de donde figuraba en aquellos maravillosos años, no resistió el brutal ritmo, la arrolladora fuerza de la juventud que exhibe el equipo entrenado por Paco Aurioles, una tortura para cualquier oponente.

Sigue poniendo piedrecitas en su camino intachable el equipo axárquico. Sólo siete derrotas en 29 partidos, cifras impropias de un conjunto vinculado que cuenta con el presupuesto más bajo de la categoría. El sueño de ascender directamente sigue vigente. Sólo hay hueco para uno, pero la pelea está abierta. Y no desisten los incansables pupilos de Aurioles, que incluso superan un nefasto arranque como el que ayer ofrecieron. Un parcial de 5-16 de salida anunciaba un partido complicado ante un rival que pelea por conquistar la última plaza libre en el experimental play off de ascenso de este año.

Paulao aún no había arrancado la moto. Forzaba tiros incómodos y le faltaba paciencia al brasileño, cuya fuerza bruta y calidad acabarían imponiéndose para desesperación de los rivales. Pero en los albores del partido el CAI mandaba en el encuentro (14-23 al final del primer cuarto), sobrepasando la jungla de ágiles brazos y veloces piernas que es la defensa axárquica.

Salió a la pista Rai López y el rapidísimo base internacional en categorías inferiores cambió el ritmo del partido. Aurioles mandó hostigar aún más en la presión a todo campo, pero después su equipo se replegaba en una zona que se le atragantó a los oscenses. Los primeros zarpazos de Paulao permitieron igualar un partido y un triplazo desde siete metros de Cortaberria (en la ACB hay no pocos jugadores para llenar cupos y que no son mejores que él) dio la primera ventaja al Clínicas (29-27), aunque el equilibrio reinaba en el descanso (37-36).

La intensidad siguió tras el descanso. Si en el primer cuarto el Clínicas concedió 23 puntos, en los dos siguientes encajó 24. Contuvo todas las vías de agua posible para empezar a romper el partido desde la defensa y en un Paulao sencillamente devastador. Acostumbrado a pelearse cada día con Santiago o Ndong en los entrenamientos, los rivales de LEB Plata quizá le sepan a poco. Ayer anotó 32 puntos y capturó 11 rebotes sin la sensación de que jugara un partido perfecto. Cortaberria, con otros dos triples, llevó el partido a la frontera de los 10 puntos (51-40). Y Williams emergió con su experiencia en el cuarto final para contener las últimas embestidas del CAI Huesca. Una antideportiva a Navajas no hizo peligrar el partido. Paulao, con dos mates espectaculares, se encargó de redondear unas cifras escandalosas.