Alberto Contador, pendiente de conocer la resolución final sobre la propuesta federativa de un año de sanción, señaló que en dicha decisión "tuvo mucho peso" la presión ejercida por la Unión Ciclista Internacional (UCI) y la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y que su caso se ha politizado "desde hace tiempo".

En este sentido, el madrileño se mostró "disgustado y decepcionado" con la Federación Española (RFEC) por no acogerse al artículo 296 del reglamento, con el que podría quedar absuelto, aunque aseguró estar preparado para "cualquier batalla que se presente". "Siempre he estado volcado en la lucha antidopaje y ahora me encuentro con la amenaza de inhabilitación y eso me hace perder la confianza", comentó Contador, que añadió: "Cada caso es diferente. Con Rasmussen no sabía nadie qué pasaba, si era una decisión del equipo o del Tour. En mi caso podemos hablar de una norma que atañe al deportista a nivel mundial. Esto es un problema y será más grande cada vez, ahora que hay laboratorios de gran precisión. Mi caso, por ejemplo, está politizado desde hace tiempo, algo que me ha perjudicado, así como las sucesivas filtraciones. Cualquier persona que vea el informe verá que todo está muy claro y que hay una norma que aplicar", incidió el corredor de Pinto.

Además, el español se refirió al "respeto" que le ha dispensado hasta el momento la organización del Tour de Francia, aunque espera "impaciente" la decisión del comité de competición de la RFEC, "sin ninguna intuición concreta", pero sí con el deseo de que "salga lo justo". "No pienso en qué puede pasar con mi carrera, sino en que se haga justicia", concluyó.