Lejos de conformarse con su segunda medalla olímpica conseguida, el palista Saúl Craviotto, subcampeón de K1 200 metros en Londres 2012, ya se pone un nuevo objetivo: ganar el oro en Río 2016. "Ahora desconectaré de la piragüa, pero en noviembre me sentaré con el entrenador y buscaremos nuevos objetivos siempre, mirando hacia Río. Después de ganar la plata, tengo la motivación extra de ir a por el oro en Brasil", dijo Craviotto en una entrevista.

También coincidió en ello su entrenador, Miguel García, que explicó que "conociéndolo, seguro que intentará estar en plena forma para Río". El objetivo está claro pero no la modalidad. Después de llevarse el oro en K2-500 en Pekín 2008 junto a su compañero inseparable, Carlos Pérez, y adaptarse al esprint de 200 metros en solitario para la capital británica, el palista catalán de 27 años no sabe en qué disciplina preparará los que serían sus terceros Juegos Olímpicos.

"Aún no sé qué va a ser de mí. Tendremos que plantearnos qué hacemos con el K2, a ver si hay opciones, o mejor buscar en otro tipo de embarcación. Al final, lo más importante es hacerlo bien en los Juegos y buscaremos la modalidad que nos garantice más eso", aseguró.

Horas después de la decepción inicial por no haber subido al cajón más alto del podio, la medalla de plata que aun lucía colgada en el cuello le sentaba mejor al ilerdense. "Durante los dos o tres primeros minutos me sentí un poco decepcionado. Pero con el tiempo he ido asimilando que la plata es un resultado increíble. Es una nueva distancia y es individual, por lo que hay lo mejor de cada casa. Subir al podio ya es un gran logro", señaló.

Una alegría que contrastó con la desolación de Teresa Portela y Alfonso 'Sete' Benavides, que corrieron justo después de él en K1-200 y C1-200 y tuvieron que conformarse con una indigesta cuarta posición. "Coincidí con Portela al terminar la prueba y estaba llorando abatida. Tienes sentimientos contradictorias porque quieres celebrar tu plata pero te sabe mal ver a tus compañeros así. Es un momento duro para ellos, pero hay que animarlos. Ser cuarto tiene mucho mérito y tienen que estar orgullosos", dijo Craviotto.

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