Deportes

Creando buen ambiente

  • El ultimate es un deporte en el que se han de marcar goles con un disco volador

  • Camaleones es uno de los tres equipos que existen en Málaga

Varios jugadores de Camaleones durante una sesión de entrenamientos en la playa de La Misericordia.

Varios jugadores de Camaleones durante una sesión de entrenamientos en la playa de La Misericordia. / CAMALEONES ULTIMATE FRISBEE MÁLAGA

Son las 20:30. La playa de La Malagueta se empieza a quedar vacía. Dos equipos de jugadores lanzan un disco volador ante los ojos de una niña, que, interesada, les pregunta: "Perdón, ¿este qué deporte es?".

Se trata del ultimate, un curioso juego que comenzó el siglo pasado. Ya a finales de 1880, una empresa llamada The Frisbie Pie Company vendía unos pasteles en una bandeja redonda de hojalata. Este recipiente servía para lanzarlo, así que muchos lo usaban después en espacios abiertos para divertirse. Una empresa pronto perfeccionaría el objeto con un disco de plástico flexible y de mejor manejo que el de hojalata, el Frisbee, con la forma que se conoce hoy en día.

Este objeto alcanzó la suficiente popularidad para que en 1985 se creara la Federación Mundial del Disco Volador (WFDF). En España, desde el 2003, existe la Federación Española del Disco Volador (FEDV), que recoge todas las modalidades de juego que existen con el frisbee. La más popular actualmente es el ultimate, un deporte que parte del "Espíritu de juego", un código de valores que los jugadores han de cumplir cuando compiten, ya que en este deporte no hay árbitros.

En el ultimate se reconoce el mérito en cada partido al equipo que mejor cumple estas pautas. Entre otros aspectos, aquí no se permite el contacto físico. Cuando se comete una falta, las decisiones las toman en común los capitanes de los dos equipos. Se fomentan así el diálogo, las buenas relaciones en el juego, el trabajo en equipo y el abandono del sexismo en el deporte. Hombres y mujeres pueden jugar juntos -aunque existen también ligas masculinas y femeninas-.

Otra característica destacada del ultimate es su inclusividad. "Aquí puede jugar gente de cualquier edad", explica Laura, que, como Juan y David, juega en Camaleones, uno de los tres equipos que hay en Málaga, junto a Bokerones (Fuengirola) y Volaores (Estepona). Los tres, junto al resto de su equipo, han estado entrenando contra otro conjunto un par de horas en la playa, ya que aseguran que es aquí donde mejor se les da jugar -el ultimate también se practica en hierba, e incluso en pista-. Aunque ahora mismo se encuentran en La Malagueta, suelen alternar su lugar de entrenamiento con otras playas como la de La Misericordia.

Este deporte tiene muchos adeptos en todo el mundo, aunque en Málaga no suene de mucho. "Nuestros amigos y familia piensan que estamos colgaos", comentan los tres: "La gente nos dice: '¿A qué juegas?'. Y, cuando les explicamos que jugamos con el frisbee, ellos piensan que es lo del perro". La llegada del ultimate a Málaga explica Juan, tuvo lugar a principios de esta década: "Hubo gente allá por el 2013 que intentó formar un equipo. Hablaron con el Ayuntamiento y empezaron a traer amigos a la playa para lanzar el disco". Los jugadores se irían sumando hasta poder formar un equipo. "En octubre del 2013 jugamos un torneo Reberde en Torre del Mar. Luego, hubo altibajos de gente. Pero, a partir de aquello, fuimos a Granada a jugar la Liga Sur", recuerda Juan. Camaleones aún no ha podido ganar ninguna de estas ligas, pero, como cuenta él, está evolucionando: "Al principio quedábamos últimos, pero ahora estamos competitivos. Además, en un partido ganamos el premio al Espíritu de juego".

David, por su parte, relata la importancia que este deporte ha adquirido en su país de origen, Colombia: "Varias alcaldías han promocionado el ultimate por los barrios de allí como una herramienta educativa para fortalecer la tolerancia y para resolver conflictos". Y más importante resulta el Espíritu de Juego: "Es un estilo de vida y de ayuda, que enseña a calmar, a respirar profundo y a dialogar". Aun así, siempre puede haber alguien al que le cueste respetarlo, explica David: "Hay partidos en los que hay mejor o peor espíritu, pero nunca malo. En Andalucía es donde mejor espíritu de juego existe".

"Lo mejor es el buen rollo que hay entre los equipos. Y también conoces a mucha gente. Esto lo hace super divertido", relata Juan. Pero, como en todos los deportes, siempre existe un aspecto negativo. El único en este caso, como explica Juan, puede ser su dureza: "Cualquiera que juegue con nosotros lo puede comprobar. Si jugamos tres o cuatro partidos el fin de semana y luego, cuando terminamos, nos vamos de fiesta, al final acabamos muy cansados".

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