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Criptonita zaragozana

  • El Unicaja pierde en su debut en Málaga después de dilapidar 10 puntos de renta en el tercer cuarto Horrendo día en el triple, falta de fluidez ofensiva y evidente falta de conjunción

El cambio de CAI por Tecnyconta no ha mudado la piel de verdugo del equipo de Zaragoza. Van ocho derrotas en los últimos 10 partidos. Las buenas vibraciones del estreno en Madrid se disiparon con una derrota merecida del Unicaja ante los aragoneses. Justa (71-80) porque salieron a flote los defectos del equipo y la falta de conocimiento mutuo. Espesura, falta de fluidez y de ideas, de tino en el triple (4/26) y en los libres (13/20)... Las rotaciones de Plaza no funcionaron, varios jugadores parecieron desubicados. La pareja Suárez-Musli sostuvo muchos minutos al Unicaja, pero no fue suficiente. Algunos arrebatos de Brooks y Smith equilibraron el juego, pero demasiados jugadores están lejos del nivel que se presupone que deben dar. La lista es larga. Y el retrato, quizá, más fiel que la foto agradable de Madrid, donde no había presión. Ya sí la hay, sobre todo cuando en la segunda mitad se reciben 50 puntos y se pierde el punto de apoyo. Y mañana se juega en el ruidoso Fernando Martín de Fuenlabrada, con Carlos Cabezas listo para la batalla. Imaginar un 0-3 da ardentías para ser tan pronto.

La dependencia de su pareja interior titular fue grande. El Unicaja arrancó subido a lomos de un Musli dominante en las dos canastas. Igual era la diferencia de nivel de los rivales, pero seguramente la diferencia del estado físico con respecto a Madrid ayudaba. Poderoso, metía ocho de los primeros 12 puntos, con buen entendimiento con Carlos Suárez, soberbio en este arranque de temporada. Plaza tenía algunos contratiempos, como las dos faltas rápidas de Smith y Nedovic, que le llevaron a jugar juntos varios minutos a Lafayette y Alberto Díaz. Marcó el Unicaja un primer tope de siete puntos (14-7). Le tomó el relevo a Musli Viny Okouo, que mantuvo el nivel atrás. Un taponazo, un par de rebotes, varias defensas buenas... Ahí tiene el nicho para ganar minutos. En ataque aún peca de la lógica falta de refinamiento técnico de quien empezó tarde a jugar.

Después de que Holt y Gecevicius, que durante dos veranos fuera objeto de deseo del Unicaja cuando jugaba en el Lietuvos, dieran puntos exteriores, el Tecnyconta Zaragoza elevó su listón atrás y el duelo se igualó (19-19). Smith ametralló con siete puntos seguidos, en rachas que debería extender más. Pero no era fluído el ataque del Unicaja, era otro tipo de partido distinto al de Madrid. Había que forjar atrás, donde caían algunas faltas tontas pero existía intensidad y actitud, se tocaban balones y se protegían las líneas de pase. Había igualdad en el rebote y el Unicaja cerraba con cuatro puntos de ventaja al descanso (34-30).

Suárez, otra vez enorme, sufrió una antideportiva de Jelovac que conllevó una técnica a Casadevall. Una posterior canasta de Musli elevaba hasta los 10 puntos la diferencia (44-34). El serbio dominaba hasta que Norel le colocó dos tapones e hizo un airball en un tiro libre. Fue un punto de inflexión. Norel empezó a hacerle daño. Fue como un cambio viento, como si el equipo zaragozano se creyera ahí que podía hacer daño y el Unicaja menguara. De hecho, todo se ajustaba (45-44) con un parcial de 0-10. El Unicaja fallaba demasiados tiros libres, un recurso para anotar cuando no existe fluidez. Un gigantesco Carlos Suárez, omnipresente, emergía para que el equipo malagueño, viviendo del rebote ofensivo en ataque, siguiera arriba al final del tercer cuarto (53-52) tras canasta de Gecevicius sobre la bocina.

Hasta entonces habían estado Musli u Okouo en pista, pero Plaza optó para los minutos finales por el smallball, con Suárez-Brooks de pareja interior. El italoamericano había aterrizado en el partido con fuerza y generaba puntos. Y antes los pivots rivales habían buscado a Okouo para generar de cara. Fotu metió cinco puntos seguidos para dar la primera ventaja maña desde el primer cuarto (57-61). Plaza devolvió a Musli a pista y se equilibraba (63-63), pero ahora era Benzing el que machacaba a un Waczynski al que le falta mucho aún para tener un hueco importante. Tanto, que Plaza ahora viró hacia el bigball, con Brooks-Suárez-Musli. El Unicaja echaba de menos los triples, se salían algunos, que sí metió en Madrid. Un mate de Fotu para remachar un triple fallado por Gecevicius ponía el partido muy cuesta arriba (71-75 a falta de 25 segundos). Suárez falló el triple tras una jugada caótica. Y una técnica a Nedovic, con la cabeza no se sabe dónde, en la jugada posterior sentenció un partido desalentador desde el minuto 25, para reflexionar.

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