Edinho, el hombre del millón de euros, es hasta hoy la mayor decepción de la era Sanz. Llegó como una esperanza para la delantera blanquiazul, pero la relación rendimiento-precio le está matando. Sus fallos, infantiles por momentos, y sus maneras, poco ortodoxas, le valieron la desconfianza de Muñiz, que le ha dado minutos a cuentagotas y apenas le tiene en estima deportiva. Y la afición pronto le equiparó a la peor versión de Catanha, la de sus primeros meses en Martiricos. Sin embargo, los números fortifican su convicción de hacer algo bueno en el Málaga. De largo, es el mejor ariete de la triste delantera que tiene este año el conjunto blanquiazul.

Varias estadísticas avalan su tesis de que puede tener hueco en el Málaga. Para empezar, es el máximo anotador de los hombres de ataque. Suma tres tantos, dos en Liga y uno en Copa, mientras que el resto de sus compañeros (Forestieri, Albert Luque, Baha y Obinna) no han pasado de uno.

Además, ha conseguido esos logros en 514 minutos, lo cual significa que, con un promedio de un gol por cada 171 minutos, tiene la mejor proporción de efectividad de los cinco delanteros del plantel (incluso le anularon un tanto en Jerez que la televisión demostró que era legal). Y de no ser porque Forestieri ha gozado de sólo 505 minutos, también tendría el registro de ser el atacante al que Muñiz le ha dado menos presencia en los terrenos de juego.

En su haber hay otro argumento que refuerza la idea de que podría ser que su fútbol explotase si tuviera más continuidad en las canchas. Y es que Edinho ha marcado sus tres goles en los tres partidos que jugó como titular: el pasado jueves ante el Getafe (2-1), contra el Tenerife en el Heliodoro Rodríguez López (2-2) y en la derrota en casa frente al Almería (1-2). Al igual que el Topa, todavía no ha tenido el privilegio de disputar dos partidos consecutivos formando desde el inicio.

La puerta de salida le invita al adiós porque a su agente, Jorge Mendes, le da miedo que la falta de continuidad le deje sin el Mundial de Suráfrica, donde a día de hoy tiene plaza garantizada. Sin embargo, cuando más cerca estaba de la puerta de salida (el Marítimo portugués continúa pretendiendo su cesión), consiguió un gran tanto ante el Getafe que le sigue reivindicando. "Tenía ganas de marcar y demostrar que Edinho sabe hacer goles. Estoy sólo preocupado en jugar aquí. Poder ayudar al equipo es muy bueno para mí. Yo sigo entrenándome para estar listo, esperando mi oportunidad. El técnico ya sabe lo que puede esperar de mí", manifestó ayer sobre su situación. Cada gol que meta, como el de Copa ante el Getafe, le acercan a la continuidad y al Mundial y le alejan de ese perfil de ángel caído que muchos le intentan etiquetar.