Dos días después de la derrota por 2-1  ante Holanda en cuartos que sepultó el sueño de lograr el  hexacampeonato en el Mundial de Sudáfrica, la selección brasileña  regresó este domingo a casa protegida por una fuerte escolta policial del  reducido número de aficionados que esperaban al grupo comandado por  el técnico Carlos Dunga. 

En Río de Janeiro, la primera escala del vuelo desde  Johannesburgo, algunos hinchas rodearon el vehículo de Felipe Melo para gritarle insultos por haber anotado de  cabeza en propia meta el gol de empate de Holanda y haber sido expulsado del campo por un pisotón sobre Arjen Robben. 

El incidente llevó la policía federal a aumentar la protección  tras la llegada del avión a Sao Paulo, donde los diez jugadores que  no desembarcaron en Río -entre ellos el astro Kaká- salieron del  aeropuerto por la misma pista de aterrizaje para evitar el contacto  con unos 200 aficionados que lo esperaban, en su mayoría para  aplaudirlos. 

"Fue una payasada. Vinimos para demostrar nuestro  apoyo a la selección, pero ellos demostraron que la hinchada no les  importa para nada, lo único que les importa es el dinero millonario  que reciben cada fin de mes. Estoy aquí desde las tres de la madrugada  y me voy frustrado, sin haber logrado sacar ni siquiera una foto",  dijo el estudiante Igor Torelli al portal GloboEsporte. 

Salvo por Melo, que se asustó con las manifestaciones de  hostilidad de los hinchas, los jugadores que desembarcaron en Río de  Janeiro no llegaron a tener problemas. El portero Julio César fue  incluso aplaudido por los alrededor de 100 hinchas que aguardaban la  llegada del equipo en el aeropuerto. Con lágrimas en los ojos, el  arquero del Inter de Milán agradeció el cariño de sus compatriotas. 

"En esos tres años y medio, creo que este grupo logró rescatar  algo fantástico, que es el amor de los hinchas. Tengo que agradecérselo. Sé que el sentimiento es de tristeza, porque todos  nosotros queríamos la sexta", dijo antes de estallar en llanto  abrazado a su madre en el automóvil que lo llevó a casa.