Bien por fuera, bien por dentro, bien atrás, bien adelante, bien corriendo y bien desde la línea de personal. No es ninguna adivinanza, sino el cocktail perfecto que preparó ayer la selección española para machacar a Brasil (63-82). Los de Orenga agitaron a los suramericanos hasta dejarlos 'hechos una caipiriña'. Los que superaron en todas las facetas del juego habidas y por haber. La ÑBA acabó con una tarjeta de tiros de campo incluso mejor que en los días precedentes ante Irán y Egipto. Un 51 por ciento en 30 de 59 intentos, a lo que hay que sumar que el conjunto nacional mete los 'libres' que hay que meter y en defensa no deja tiros cómodos al adversario.

Cuchillos afilados

Llevaba España dos días 'arranada' en el tiro exterior. Principalmente, porque Navarro, el gran tirador-metedor' (existen los tiradores-no metedores), se tomó las dos primeras jornadas de descanso. El capitán, como buen aficionado al jamón, dedicó los envites contra Egipto e Irán a afilar los cuchillos. Aunque más bien lo que sacó fue el machete para conectar al resto de los aleros, bases y pívots a afinar la puntería en los tiros lejanos y de media distancia. Buenos movimientos de los exteriores, cortes muy rápidos por detrás de la canasta, bloqueos contundentes de los pívots y manos muy calientes: la ecuación perfecta para un 9 de 19 en triples (47 por ciento), a los que habría que restar tres tiros forzados por finales de posesión. Y, claro está, los tres aciertos del jefe Pau más allá de la línea de 6,75.

¡aaaaadentro!

El clásico grito de las retransmisiones de balonmano podría utilizarlo Orenga en sus tiempos muertos para explicarle a los bases dónde tiene que ir la bola. Si alguien tenía dudas de que juego interior es más potente, si el español o el brasileño, ayer quedó meridianamente claro que los Gasol mandan en el baloncesto FIBA. Especialmente Pau, que se comió a los tibios Splitter, Nené y Varejao. El 26 a 28 en puntos cerca de la canasta es engañoso, pues las sensaciones y el poderío español en el rebote dicen lo contrario.

DEPRISA, DEPRISA

No es ningún secreto. En el baloncesto moderno si un equipo no corre aunque sea un poco está muerto. Los españoles son muy rápidos con el quinteto titular sobre la pista, ese que algún día habrá que recitar de memoria (Ricky, Rudy, Navarro, Marc y Pau). Cuando el base del Masnou pone el turbo la ÑBA se pone 'tontorrona' y empieza. Con 'fuguillas' como Rudy y Navarro, sin olvidar a la bala Llull que es siempre el primer cambio para dar descanso al capitán, los rivales sufren mucho en las transiciones defensivas. Cinco contraataques convertidos por España, además de todas las faltas tácticas que cometieron los de Rubén Magnano para frenar la locomotora.

DEPRISA, DEPRISA

Por último, es justo reseñar que la cosa sigue muy bien desde el tiro libre.... Todo lo contrario que Brasil, donde parece que Marcelinho Huertas se ha traído la 'mufa' blaugrana en esta faceta. Ojito, que los heredederos de Naismith dicen que datos como los buenos porcentajes desde la línea de personal o dejar a un coco como la 'canarinha' en 63 puntos son los que deciden campeonatos, más allá de un portentoso juego ofensivo o de un Pau Gasol cada día más extraterrestre.