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Europa de termómetro

  • Dificutad Un Olympiacos eternamente reforzado mide el bache doméstico del Unicaja en un duelo sin grandes presiones Todos Taquan Dean ya es uno más en los entrenamientos y se le espera a tope

Siete meses después vuelve a Málaga la Euroliga. El último partido en el Carpena fue una plácida noche de marzo, ya con el equipo eliminado matemáticamente, en la que Paulao y Faverani hicieron destrozos en el aro de una perdida Lottomatica. Intrascendente. No tiene el mismo calado el partido de esta noche. Llega el terrible Olympiacos, sin esa k que inspiraba respeto y que se cambió por una c por motivos económicos, pero con los mismos euros que le permiten arrebatar a la NBA a un superclase en versión europea como el lituano Linas Kleiza, mantener el cósmico sueldo de Josh Childress y juntar a dos de los jugadores más determinantes en el continente en la última época, un base, Theodoros Papaloukas, y un pívot, Nikola Vujcic. Pocas excusas para no acudir al Palacio.

A ese megaequipo, Final Four en la pasada temporada y con una infinidad de jugadores en plantilla -a Málaga han viajado 14 y Giannakis hará hoy dos descartes antes del encuentro-, recibe un extraviado Unicaja, que no encuentra su identidad. No la ha tenido hasta ahora, salvo ratos esporádicos. Como en un segundo cuarto muy bueno en San Sebastián, un cuarto final solvente y con personalidad no antes demostrada en la Sala Pionir o buenos tramos en la derrota ante el Real Madrid. Pesa el 0-4 de la ACB, pero en la competición que hoy se juega se marcha 1-0, fruto de la sufrida victoria en Belgrado. Un matiz, la presión, la fortaleza psicológica, que decide partidos. "Tenemos que cambiar el chip en general, debemos jugar mejor de lo que hemos hecho hasta ahora. Tenemos que evitar los momentos donde perdemos la intensidad y concentración. No creo que nos falte en general, pero tenemos momentos durante el partido donde nos perdemos. En esos minutos perdemos los partidos, como el otro día en San Sebastián al inicio del partido y al final de la primera parte, donde estábamos arriba 13 puntos y en dos minutos perdimos esta ventaja. Tenemos que evitar estos momentos malos. Cada uno debe pensar en sí mismo, en su trabajo, en lo que puede hacer mejor, la intensidad, la concentración. En poner el pensamiento en lo que debe hacer en la pista con el equipo". Habla Jiri Welsch, denostado por la grada pero siempre en su sitio, con mejores o peores actuaciones. Difícil ser más preciso que el checo.

Trasladar los buenos entrenamientos que todos los técnicos admiten que se realizan a la pista durante 40 minutos es un reto para una plantilla que quizá no responde a las expectativas en cuanto a calidad acumuladas por la inercia de las últimas temporadas, pero que vale más, mucho más, que ese fatídico 0-4. Pero, como se empeña en recordar Aíto, ese 0-4 es la realidad, no los propósitos que se anhelen. Y hay que asumirlo.

Vuelve Dean con todas las consecuencias, una vez completado el plazo de aclimatación después de su lesión. Es clave que el estadounidense desatasque un ataque que en estático sufre una barbaridad. Su muñeca se antoja clave en el proceso de crecimiento del equipo. Faltan puntos y Dean, al menos en Murcia, los tenía. Archibald sigue enmascarado, pero con los atributos intactos. Hombre clave en la defensa del equipo, da equilibrio.

Es el partido también de Giorgos Printezis, contra el equipo de toda su vida. El Unicaja, en hábil operación, aprovechó un descontento entre club y jugador a la hora de renovar. Igual un tanto sobrepagado, por encima del millón de euros, pero parece el fichaje más solvente que se ha realizado esta temporada, parejo a Joel Freeland. No se puede decir lo mismo de los bases. Cook no da el paso de muy buen segundo base a siquiera correcto primero. Y Jeter aún permanece perdido. Enfrente, un equipazo. Pero es la Euroliga. Y para esto se pelea, para competir contra los mejores. El mejor termómetro para medir el progreso.

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