Fútbol l Liga BBVA

Frenazo inesperado del Madrid

  • Ni los dos goles de Raúl sirvieron para doblegar a un Espanyol que se adelantó en dos ocasiones

El Espanyol, un rival aparentemente propicio entre los visitantes al estadio Santiago Bernabéu, truncó la racha del Madrid, incapaz de prolongar a siete sus triunfos consecutivos, en un encuentro que devolvió la titularidad a Raúl, que rescató con sus goles al cuadro de Bernd Schuster. Y no era una jornada para deslices, porque nadie de la parte alta de la tabla se había abstraído de la competición.

El Espanyol puso la tensión a un partido sin alma cuando a los veinte minutos una incursión de Tamudo fue abatida por el argentino Heinze. No tuvo ningún pudor el zaguero argentino en meter la pierna y derribar al atacante, que transformó el penalti señalado por Pérez Burrull. Hasta ese momento, el conjunto de Schuster había insistido en dar un aire sosegado al compromiso. Sin una presión firme a la salida del balón blanquiazul, que afrontó el choque sin complejos. Con tres futbolistas de perfil ofensivo. Tamudo, Luis García y el brasileño Nené, que obligaron a un trabajo mayor del previsto a los centrales blancos.

Suele ocurrir cuando el duelo pinta espeso, la necesidad de una advertencia para que el Madrid espabile. Sucedió con el gol del Espanyol, al que la ventaja apenas le duró dos minutos. Un centro de Sergio Ramos desde su banda, la derecha, fue la acción que subrayó la recuperación de la titularidad para Raúl, que aprovechó el centro para marcar de cabeza.

Lejos de enderezar el rumbo, el Madrid profundizó en sus errores. Ataques desordenados, sin conducción, atropellados por el centro, donde el tráfico era excesivo. Igual que las pérdidas de balón, que aceleraron la puesta a punto de Iván de la Peña, que reaparecía después de su ausencia por lesión.

Después de un par de avisos, el centrocampista cántabro generó la acción del segundo gol. Llevó el balón hasta Román Martínez, que dejó en evidencia, de nuevo, a Heinze y su centro raso lo aprovechó Luis García para batir a otra vez a Casillas.

Pero en la última acción de la primera parte apareció de nuevo Raúl, que exprimió al máximo un mal pase de Van der Vaart que se escapó del rechace de la zaga. El madrileño acomodó la acción, superó a Jarque y batió a Kameni por bajo.

Raúl se reivindicó por primera vez. Fue en ésta, su cuarta diana del curso, cuando inclinó sus pulgares a la espalda. Hacia su nombre. Un gesto hasta ahora resguardado desde que Del Bosque se hizo cargo de la selección.

La entrada de Robben, por Van der Vaart, dio otro aire a los madridistas. Lo agradeció Van Nistelrooy especialmente en los veinticinco minutos que su compañero estuvo en el césped. Kameni, después, salvó al Espanyol. Sacó la mano a un despeje de su compañero Jarque y después desbarató una clara ocasión de gol de Van Nistelrooy.

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