El importante parte de bajas que acumula el Unicaja fue aligerado poco antes de embarcar rumbo a Barajas. Germán Gabriel entró a última hora en la lista de expedicionarios. El ala-pívot sufrió en el entrenamiento del pasado lunes un esguince de rodilla, del que ha evolucionado muy favorablemente durante la semana. Ayer participó en parte del entrenamiento que completó el Unicaja en el Carpena, tras el que se decidió incluirlo en la expedición malagueña rumbo a la capital. Hoy se le practicará una prueba antes del partido, ya sobre el mismo parqué del Fernando Martín, para ver si puede ayudar algunos minutos. Al plantel se suman esta mañana Paulao Prestes y Michal Chylinski, que ayer por la tarde jugaron en Vélez con el Clínicas Rincón.

Y con eso, pocos efectivos pero muy concienciados según han demostrado en la última semana, comparece el Unicaja en Fuenlabrada para medirse a un rival con el que comparte balance (tres victorias y seis derrotas) y en una pista tradicionalmente afín (siete triunfos y tres encuentros perdidos, dos de ellos en las tres últimas visitas, dictan los precedentes históricos) pero que es una de las más ruidosas y animosas, en el buen sentido, del baloncesto ACB. Un encuentro complicado, pero oteando el calendario de los menos difíciles, en una encrucijada trascendental para la suerte de la primera parte de la temporada en clave verde. La Copa del Rey sigue estando lejos, a dos triunfos hoy en día, a seis en los próximos ocho partidos según la proyección lógica que dictan los precedentes. Dejar triunfos por el camino se convertiría cada vez en algo más dramático.

No es un rival cómodo el Alta Gestión. Perdió sus tres primeros encuentros en el Fernando Martín (DKV, Tau y Ricoh Manresa), aunque después ha rectificado en los dos últimos, con estrechos triunfos ante Granada y Pamesa. Otra victoria en Sevilla es el bagaje positivo del equipo de Luis Casimiro, que ha inyectado savia nueva (Tomas, Ramos, Nesovic, Radivojevic o Sandes) esta temporada a un bloque ya asentado y que siempre ha tenido en la experiencia y la veteranía a una de sus señas de identidad.

El Unicaja se mide a su rival y a una pesada losa que lleva a cuestas desde el pasado mes de febrero. En el último partido previo a la Copa del Rey de Málaga, el cuadro malagueño venció en la pista del Bruesa (69-88). Han pasado camino de nueve meses y, desde entonces, los de Scariolo no ganan en ninguna otra pista de la geografía española. Ha sumado 13 encuentros consecutivos volviendo con la cabeza baja a Málaga. Si se restringe a esta temporada, son cuatro los partidos sin conocer el triunfo a domicilio. Y el déficit adquirido con las derrotas ante el ViveMenorca y el Iurbentia en el Carpena hay que compensarlo de forma urgente.

El Unicaja ha ganado crédito durante los últimos encuentros, encadenando tres triunfos (Le Mans, Grupo Capitol y Lietuvos) de distinto calado que han hinchado la moral de un bloque que ha encontrado nuevos puntos de apoyo en las figuras de Popovic, Welsch y Santiago, cuyo rendimiento se ha elevado cuando ya se escuchaban ruido de sables. Falta ver si en el cubil de Fuenlabrada la línea ascendente se mantiene.