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A Gracia le caen dos encuentros

  • El técnico teledirigirá al equipo oculto en Riazor "Hablar de los árbitros no nos hará sumar puntos", avisa

Más de un malaguista se quedó sorprendido cuando ayer el Comité de Competición sancionó con dos encuentros a Javi Gracia por su expulsión contra el Valencia. No obstante, el artículo 120 del reglamento, alusivo a las protestas arbitrales, habla claro de lo que le sobrevenía al navarro. "Protestar al árbitro principal, a los asistentes o al cuarto árbitro, siempre que no constituya falta más grave, se sancionará con suspensión de dos a tres partidos o por tiempo de hasta un mes", reza. Es decir, como el acta de González González no reflejó nada anómalo más allá de la queja, se le impuso el castigo mínimo. No podrá sentarse en el banquillo de Riazor esta noche, como tampoco el próximo viernes en el de La Rosaleda contra el Sporting. Otro palo más en las ruedas. Al menos, aunque no sea gran consuelo, Competición retiró la amarilla que vio Charles, para la cual el club presentó alegaciones (no fueron atendidas las expuestas por la tarjeta de Miguel Torres).

Así que el ex de Osasuna tendrá que teledirigir estos dos partidos. Para ello, tendrá que buscar una ubicación oculta en las gradas del estadio del Deportivo, puesto que en principio no puede estar ahí. "No sé si lo puedo ver ni en el palco. Lo veré donde pueda para que no me sancionen. Una vez que me expulsaron me dijeron que me sentase en la grada. Por casualidad me senté justo al lado del delegado de los árbitros sin saberlo y me sancionaron más tiempo porque supuestamente yo no podía estar en la grada", desveló Gracia, quien a la hora de comparecer ante los medios de comunicación desconocía la sanción que le habían impuesto. Aun así, quiso mostrar públicamente su arrepentimiento por las protestas que le costaron la roja el pasado miércoles: "Me disculpo porque creo que mi actuación no fue la mejor. Puede ser propiciada por una situación de los últimos partidos y no me enorgullezco de mi comportamiento, pero en ciertos momentos son comprensibles ciertas protestas. Trataré de hacerlo mejor en los próximos partidos y que no me expulsen muchas veces más". Es la tercera que sufre tras una que le decretaron en Marbella siendo entrenador del Cádiz y otra hace dos años en su estreno con Osasuna, que le sentó bastante mal. "Empujaron a Damiá, al caer le dio con la mano y en vez de falta, Álvarez Izquierdo nos pitó penalti. Nos jugábamos la vida", rememoró el preparador blanquiazul.

Por ello, pese a que no podrá sentarse en los banquillos hasta al menos el choque contra el Betis, recordó públicamente lo que ha hecho en privado con sus jugadores: insistirles en que olviden las actuaciones arbitrales para no perder el norte en el objetivo de la salvación. "Lo mejor es centrarnos en tratar de hacer nuestro trabajo bien, independientemente de que haya cosas que nos perjudiquen. Hay que mantenerse firme en nuestro comportamiento, hacer bien lo nuestro. Lo demás no hace sino desquiciarnos en algún momento, como pudo pasar en el último partido, y no nos va a ayudar a sumar más puntos. Creo que debo mandar el mensaje en este sentido. Hablar de los árbitros no nos ayuda", sentenció.

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