Vancouver asistió al debut olímpico del malagueño Regino Hernández, 18 años, que cumplió su sueño con una actuación acorde a sus posibilidades. Quedó apeado en la primera eliminatoria de la prueba de boardercross de snowboard después de haber pasado la primera criba de la fase previa. Compitió con valentía en la hora de la verdad, pero se salió de la pista y fue automáticamente eliminado.

El sistema de competición determinaba que los 35 participantes debían descender en solitario dos veces por la vistosa y sinuosa bajada de Cypress Mountain. Los 32 mejores -se escogía el tiempo más bajo de las dos mangas- pasaban a la fase de octavos, ya con cuatro competidores en liza en cada bajada, en ocho series distintas y con los dos primeros de cada una accediendo a la fase de cuartos de final.

El mijeño pasó de manera ajustada la primera guadaña. Firmó en la primera manga un tiempo de 1.28:66, que no le hubiera bastado para participar en la siguiente instancia. Pero rebajó casi tres segundos su marca (1.25:90) y consiguió su propósito de competir una vez más. El también español Jordi Font, cuarto en Turín 2006, tomó la salida en la primera manga, pero nada más sortear el primer repecho notó un intenso dolor en la clavícula que tiene fracturada y decidió no seguir en la competición. Ya no compitió en la segunda manga.

Liberado de presión, compartiendo pista con el italiano Stefano Pozzolini, el canadiense François Boivin, a la postre los dos clasificados, y el estadounidense Graham Watanabe, Regino salió de manera fulgurante y comenzó liderando la prueba en los primeros saltos. Tras ser superado por Boivin, se fajó en la segunda posición, pero a mediados del recorrido se salió en una de las curvas, con lo que fue automáticamente descalificado y se le asignó el puesto 31º según los registros de la fase previa.

Fue la primera experiencia olímpica de Regino, pero aseguran los expertos que no será la última. Sochi 2014 aparece en horizonte.