La vida no da tregua. Las oficinas de La Rosaleda siguen abriéndose cada mañana pese al varapalo del fallecimiento del consejero José Carlos Pérez. Intentan recomponerse los directivos desde el punto de vista humano a su irreparable pérdida, cosa nada fácil. Lo hacen compaginándolo con el día a día, que va poniendo sobre la mesa muchos temas abiertos. Si obviamente no ha dado tiempo a asumir su adiós, menos aún desde el prisma laboral. Son momentos de achuchar mucho el hombro para retomar que temas que él supervisaba en primera persona.

Tal y como ya anunció la entidad de Martiricos hace unos días, cuando el dirigente aún se encontraba hospitalizado, el trabajo en los despachos se había canalizado a través de otros protagonistas para que su volumen no desbordara al club. El responsable de la parcela financiera, Manuel Novo; el asesor de presidencia, Jesús Nuño, el de las labores de marketing, Vicente Casado, iban a tener más protagonismo de manera temporal. Igualmente, Fernando Hierro tendría que estar más involucrado si cabe en el día a día.

Ahora el panorama es distinto. Pero a día de hoy no existe una certeza de cómo se reestructurará el Málaga. Sobre todo a largo plazo. Todo apunta, aunque no hay nada oficial al respecto, a que el organigrama se mantendrá intacto hasta que acabe la presente temporada. Las directrices posteriores no se han recibido todavía, los dirigentes están a la espera de ellas. También de la presencia del consejero delegado y vicepresidente del Málaga, Abdullah Ghubn. Ya antes incluso del ictus sufrido por José Carlos Pérez desde el club se anunciaba una pronta llegada; cuando enfermó, se habló de una aceleración en su retorno. Y el mismo día del fallecimiento, el club facilitó un comunicado con palabras del dirigente jordano. "Pronto estaremos en Málaga para compartir junto a la familia de José Carlos el dolor por su pérdida", era el encabezado. Sin embargo, a día de ayer, en el seno de la entidad continuaban sin tener datos precisos acerca de cuándo regresaría para reconducir la situación. Y se le espera como agua de mayo y como el hombre indicado para que la entidad recomience.