Una buena noticia emana del terreno de juego de La Rosaleda. En los últimos días se ha experimentado una mejora, al menos así lo evidencian desde la planta noble de Martiricos. No es que vaya a experimentar un cambio radical de cara al choque de mañana, pero los profesionales de la primera plantilla esperan que sea palpable. No tendrán que esperar al encuentro para comprobarlo. Hoy (a las 18:00) volverán a pisarlo para efectuar el último entrenamiento de la semana. Sin duda, algo que permite testar la buena evolución.

Aseguran fuentes del club que la entrada del frío ha sentado bien al césped, que es tipo ray-grass y que agradece estas condiciones. Lo anómalo de las temperaturas que estaban produciéndose, con ese verano extremadamente prolongado, lo había dañado seriamente, de ahí la involución que habría sufrido.

Por lo pronto, además de que mañana pueda estar algo mejor, ha conseguido que el club pueda aparcar, al menos temporalmente, su intención de reemplazarlo por uno nuevo, una cuestión que sigue latente en función de si mejora o no a lo largo de las próximas semanas. Lo que está ya asumido es que cuando acabe la temporada los dirigentes autorizarán la sustitución, no sólo del terreno de juego, sino del sustrato que hay en las entrañas del estadio y que en las últimas temporadas ha quedado dañado. Con esta acción, en las oficinas confían en que vuelva a ser una alfombra, como hace dos temporadas y el principio de la anterior.