Ciclismo · tour de francia

Hushovd gana la 'batalla del adoquín' y Contador saca ventaja a Armstrong

  • El noruego gana la tercera etapa de la ronda gala, en la que el vigente campeón pierde poco más de un minuto con Andy Schleck y Cadel Evans y saca 58 segundos al norteamericano. Frank Schleck abandona tras romperse la clavícula.

El noruego Thor Hushovd, del Cervélo, conquistó el infierno del norte en la tercera etapa del Tour de Francia disputada entre Wanze y Arenberg Porte du Hainaut, de 213 kilómetros, en la que el suizo Fabian Cancellara (Saxo Bank) recuperó el liderato tras una emboscada de su equipo, en la que Alberto Contador cedió 1.13 minutos respecto a Andy Schleck y Cadel Evans, aunque el español le ganó 58 segundos a Lance Armstrong.

Frank Schleck (Saxo Bank) se retiró durante el transcurso de la jornada tras sufrir una lesión en la clavícula como consecuencia de una fuerte caída en el tramo adoquinado de Sars-y-Rosieres. El mayor de los hermanos Schleck, reciente campeón en la Vuelta a Suiza, besó el asfalto en el cuarto y antepenúltimo sector de pavés de la jornada, situado a 26 kilómetros de la meta, y se rompió la clavícula cuando colisionó con otros corredores del pelotón.

Hushovd, de 32 años y campeón de Noruega, se soldó a la rueda de Cancellara en el momento que el suizo arrancó la moto al mando del Saxo Bank, con Andy Schleck a su lado, y en un esprint entre seis corredores impuso su fuerza final. Pasó la meta con un tiempo de 4h.49.38, en una jornada rápida que marcó una media de 44 kms/hora.

El campeón de Noruega se impuso por delante del británico Geraint Thomas (Sky) y del australiano Cadel Evans (BMC), compañeros de un viaje que completaron el canadiense Ryder Hesjedal (Garmin), Cancellara y el menor de los Schleck, triunfadores de la jornada.

El rejonazo del Saxo Bank afectó a Alberto Contador, que con problemas en una rueda acabó "contento dentro de lo que cabe" a 1.13 del ganador y de Andy y Evans, rivales directos por el primer escalón del podio en París. Peor le fue a Lance Armstrong, que tuvo la desgracia de pinchar y llegó a 2.08 minutos, junto a Samuel Sánchez y poco después que Luis León Sánchez.

No hubo carnicería en el mar de adoquines del norte francés, tal vez una fina charcutería en la que Cancellara, esta vez sin montar paros, aunque hubo caídas, recuperó el jersey amarillo. Geraint Thomas es segundo a 23 segundos y tercero Cadel Evans, el campeón mundial que se adaptó bien al pavés, a 39.

Sylvain Chavanel no resistió la prueba, y además también sufrió pinchazos. La gloria le duró un día al francés. Andy Schleck se aupó a la sexta plaza a 1,09 minutos. Quién se lo iba a decir. Un día antes pudo quedar eliminado si no es por la gestión solidaria de Cancellara. Contador se desplazó a la novena plaza a 1.40 del líder y a 29 de Andy. Armstrong se aleja a la decimoctava a 50 segundos del madrileño y 2.30 del líder.

Siete corredores lanzaron la carrera del miedo, la más esperada de la primera semana, camino de la "carnicería" que vaticinó días antes Lance Armstrong. Se apuntaron Hesjedal (Garmin), Brutt (Katusha), Kluge (Milram), Rolland (Bouygues), Erviti (Caisse d'Epargne), Auge (Cofidis) y Cummings (Sky). De todos ellos sólo Erviti y Kluge habían temblado en alguna ocasión en el pavés de la París Roubaix, en el caso del pamplonés hasta 4 ocasiones.

No hizo falta llegar a la zona pedregosa para empezar a contar las caídas. En el kilómetro 113 a alguno se les ocurrió subirse a un bordillo y al volver a la carretera aterrizaron como pudieron. El francés Lelay se fue directamente a casa, y el español Dani Moreno siguió magullado. Entonces los escapados se entendían de forma generosa, y por detrás el Quick Step tomó las riendas del grupo para que le desventaja no pasara de los 3 minutos. Todo atado.

Ormeignies (km 128), el primer tramo adoquinado, de apenas 400 metros, sirvió de ensayo general. El Garmin y el Sky pasaron a la cabeza del pelotón, con el Radioshack de Armstrong ojo avizor. Nerviosismo fugaz.

Otra historia fue en el siguiente sector, Hollain (Km 169, 1.200 metros), donde los escapados pasaron con 1.20 minutos de ventaja sobre un pelotón gobernado por el Saxo Bank, que imponía un ritmo insoportable. Había comenzado la guerra de colocación. En una zona cementada algunos se incrustaron contra los setos del borde de la calzada, como el italiano Damiano Cunego, abonado fijo a las caídas.

Se terminó la calma a 50 kilómetros de meta, tocaba bailar la danza del adoquín. Los hombres de Cancellara, doble rey de la París-Roubaix y cabecilla del plante en la víspera, enseguida fracturaron el pelotón en varios grupos. Los favoritos delante, con las orejas tiesas, pendientes del posible latigazo del Saxo Bank, o del Cervélo de Carlos Sastre, que para eso llevan en sus filas al potente noruego Thor Hushov.

Armstrong veía de cerca cualquier maniobra, siempre acompañado por sus chicos, como él dice. Cerca, Contador, los Schleck, Cadel Evans, todos los favoritos. Ninguno de ellos dejó de inspeccionar la etapa la pasada primavera. Había algo más que respeto por la etapa que tomó prestados 13 kilómetros de pavés al "infierno del norte". Todos bien pertrechados para la ocasión: ruedas con más radios y ruedas menos hinchadas para disminuir el impacto con la piedra, tubulares más anchos, y sobre todo muchas preguntas a los grandes expertos en clásicas.

El paso por Sars-et-Rosières (Km 185, 2.400 metros de pavés) enseñó las uñas con toda virulencia. El Saxo Bank perdió a Frank Schleck en el fragor de la batalla. El campeón luxemburgués quedó tendido en la polvorienta cuneta mientras Cancellara y Andy Schleck, con Evans, Hushovd y Geraint Thomas dirigían el tren en cabeza sin Armstrong, en un segundo grupo con diez corredores 42 segundos y sin Contador, en un tercero a 1.45. De la fuga inicial sólo quedaba el canadiense Hesjedal.

Destrozo a la vista. El oleaje de adoquines trituraba a los menos fuertes. Armstrong pinchó y tuvo que dejarse la piel en la persecución, por el asfalto y por el prado, que de eso tiene experiencia en el Tour. El contratiempo permitió a Contador, en un grupo con Denis Menchov, adelantar al texano, con un minuto de ventaja a 10 kilómetros de meta.

Hesjedal fue cazado a 7 kilómetros de meta, superado la última dificultad adoquinada, en Haveluy (2.300 mts.). Cancellara circulaba a 38 segundos del grupo de Cancellara y Armstrong a 1.50, sumergido en una monumental polvareda, en un esfuerzo solitario. Sin equipo para montar la carnicería.

Espartaco se empeñó de hacer buena la escapada y en recuperar el maillot amarillo. Esta vez el suizo no mandó parar a nadie. Encendió el motor de clasicómano para llegar al antiguo poblado minero de Arenberg y discutir la victoria al esprint con sus cuatro compañeros de escapada. En la localidad donde se rodó Germinal, la película basada en la novela de Emile Zola donde se refleja la revuelta minera, no hubo revolución en el Tour, pero sí algo más que una protesta. Sin Cancellara en el guión. Hushovd fue la estrella. Se apuntó su octava etapa en el Tour y ya apunta hacia su tercer maillot verde.

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