El mensaje ambicioso y competitivo desde el seno del Unicaja permanece intacto pese al revés del Palau. No pesó tanto la derrota, sino el cómo, el haber tenido la victoria en la mano y no cogerla por una serie de errores infantiles. Mascullada la derrota y la sensación de ocasión irrepetible, es tiempo de mentalizarse de nuevo para la batalla. Es difícil, pero probable.

Así lo piensa un optimista de los que ve normalmente el vaso medio lleno, el presidente del Unicaja, Francisco de Paula Molina: “Después de ver lo que pasó el domingo, tenemos opciones de ganar. Es difícil, porque ellos saben que si pierden tienen que jugárselo todo a un partido. A pesar de la dificultad del partido, del equipazo del Barcelona, que seguro jugará mejor que allí, lo tenemos al alcance de la mano. La derrota fue más por fallos nuestros que acierto de ellos y seguro que estaremos en el partido”.

La historia de los finales apretados perdidos ha sido una constante a lo largo de la temporada, con excepciones como la de Las Palmas. Pese a ello, el presidente tiene fe en la calidad de los jugadores y en su aprendizaje de los errores: “Sí, hemos perdido prórrogas en Euroliga y ACB y otros partidos apretados. El domingo administramos muy mal las posesiones, las situaciones de tiros y tuvimos algunos fallos garrafales. Lo aprovecharon bien en los últimos minutos y se nos fue el partido. Ellos estaban casi derrotados, pero no tuvimos la serenidad suficiente para jugar con esa ventaja. Pero creo que, tanto de esa derrota como de las anteriores en finales apretados, hemos sacado buenas enseñanzas y esa tendencia negativa la vamos a convertir en positiva y acabaremos jugando bien en esos momentos. Es el momento de hacerlo y confío en que más allá del viernes”.

La tendencia generalizada es desconfiar de la calidad resolutiva de los jugadores cajistas, pero Molina lo niega: “Confío en que queden más partidos de los que muchos piensan y que no será el último encuentro que se juegue aquí esta temporada. Por la calidad de nuestros hombres se le puede ganar a cualquier equipo de ACB. A poco de que nuestros jugadores sean capaces de dar un poco más que en Barcelona, se podrá. Se ha demostrado que se puede ganar a rivales de máximo nivel. Por ejemplo, aquí el Barcelona no tuvo opción en la fase regular y allí en los dos partidos tuvimos muchas oportunidades. Es un equipo que no nos tiene tomada la medida. Históricamente, sí, pero ahora creo que estamos a la par de ellos. A la tercera va la vencida, estoy seguro”.

Como es habitual en estos casos, el presidente del Unicaja apeló a la afición para que se convierta en un aliado más del equipo: “No tengo ninguna duda de que la afición va a responder. Ya ante el Gran Canaria el pabellón estaba medio lleno media hora antes del inicio. La hora y el día, un viernes por la noche, creo que va a ayudar a que haya un gran ambiente y se recuerde el espíritu de Ciudad Jardín, que va a estar presente seguro. Lo que tenemos es que ejercer mucha presión sobre el equipo rival y animar al equipo. Tiene que ser el sexto jugador que siempre pedimos. Y lo será”.

En sus diálogos con jugadores y técnicos, Molina asegura que detecta que la ambición sigue intacta: “Los jugadores están convencidos de que se puede ganar. Tienen posibilidades, aunque la calidad del rival va a dar mucha guerra. No nos engañemos, no va a haber 20 puntos de diferencia entre los dos equipos. Van a ser detalles, como el último día, los que decidan. Ellos están animados y mentalizados de que este partido es el de la temporada, más allá de que más adelante lleguen otros más importantes. No he notado conformismo en absoluto. Los jugadores quieren llegar a la final y ganarla. Y es lo que piensan. Creo que hemos hecho una buena temporada, con final de Copa, estamos en semifinales ya de la ACB y muy probablemente seremos como mínimo terceros si el Madrid pierde. Y en Euroliga quizá se bajó un poquito ante el Partizan. Todos queremos más, técnicos y consejeros. Y, por encima, los jugadores”.