Málaga y Spartak de Moscú le brindaron una tarde agradable a los más de 4.000 aficionados que se personaron en el estadio de atletismo Ciudad de Atletismo. El empate a dos, con alternativas en el electrónico, regó con goles una tarde en la que lo mejor fue ver a Joaquín jugando a buen nivel durante casi una hora y los ánimos de reivindicación de Portillo y Maresca, autores de los dos tantos blanquiazules. El primer partido de Kameni con la elástica malaguista, de amarillo, por cierto, no dio para mucha conclusión.

La laxitud del duelo quedó probada con el 2-1, obra del centrocampista italiano. En primera instancia, la sensación era de gol fantasma, un disparo fuerte de volea en jugada de estrategia que se había salido por la red, rota. Sin embargo, las protestas de la plantilla al malagueño Melero López surtieron efecto.

Antes de ese tanto, había abierto la cuenta el canterano paleño, que continúa inédito en Liga. Tras una asistencia de Joaquín, recortó al portero moscovita para marcar a placer (23') y confirmar que estaba siendo el mejor en el campo hasta ese momento. No obstante, el mejor futbolista en liza acabó siendo Emenike, autor de los dos tantos del equipo de Valery Karpin. En primer lugar, aprovechó un despiste en la zaga blanquiazul para igualar el tanto de Portillo. Al borde del descanso, esta vez merced a un potente lanzamiento desde fuera del área, sorprendió a Kameni para hacer el 2-2 final.

En la segunda parte, sin goles, el único atractivo estuvo en la aparición de tres canteranos, Aguza, Samu y Adri. Este último ingresó en el puesto de Joaquín, que casi tuvo una hora para demostrar que está recuperado aunque le falta chispa para ser el jugador desbordante que todos tienen en mente. Precisamente por eso Pellegrini le alineó de titular ante el Spartak. Kameni, muy aplaudido por la grada y el otro gran foco de atención, no pudo hacer nada en los dos goles encajados. Malagueño, descartado por cuestiones extradeportivas, sí estuvo presente en un once con pleno de jugadores del primer equipo.