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Jugar como hombres, reír como niños

  • La Rosaleda, prácticamente llena por la celebración del III Día de la Infancia, quiere festejar la salvación y soñar con Europa Javi Gracia podrá plantear un once de gala

El Málaga está prácticamente salvado. Pero el pellizco que falta puede conseguirse hoy en casa, que es donde deben festejarse los éxitos. Así debe considerarse la reacción de un equipo moribundo que era colista en noviembre. Será, no obstante, un champán efímero. El fútbol no espera a nadie, y menos aún una clasificación europea. Ganar hoy mataría dos pájaros de un tiro y pintaría de fiesta un día que ya amanece bien bonito. Miles de niños poblarán La Rosaleda. Para disfrutar de sus héroes y para recordarles que ellos también. Nadie como un niño sabe disfrutar y soñar. Ese es el disfraz que necesita el Málaga de Javi Gracia para acercarse a la séptima plaza.

Arranca el tramo final de Liga. Ciertamente, acortar nueve puntos con 24 en juego no está al alcance de muchos equipos. Pero el Málaga quiere intentarlo. Ahí queda el precedente del año pasado. Cuando la séptima posición era casi un hecho, vino un desplome acompañado de una remontada del Athletic que frustró el sueño. Ahora toca invertir los roles. Si algo bueno destila este segundo proyecto de Gracia es que va a más, justo lo contrario de la anterior campaña. Se atisban trabajo, ilusión y veteranía para meter miedo a los vascos y al Celta.

Los Samus, Darder o Juanmi llegaron demasiado exprimidos por el técnico al tramo final. En esta ocasión, las piezas están menos desgastadas. Por encima de todos, Camacho, el faro del Málaga. Con el a tope físicamente, que lo está, es obligatorio ser ambicioso. De hecho, existe la opción de hablar de un once de gala por parte del técnico. Ochoa ha demostrado un nivel digno de no añorar a Kameni, así que el relevo en la portería por ahora no está afectando. Es más, desde que el mexicano está bajo palos, por ahora se han sumado dos triunfos y un empate, y en dos de ellos ha dejado la portería intacta. Los demás, los jugadores de campo, son los que levantaron la situación, los que el aficionado quiere ver. Cómo será que hasta Gracia se ha permitido el lujo de hacer varios descartes de jugadores que suelen estar entre los citados. Como Juan Carlos, aunque también motivado por unas pequeñas molestias en el pubis con las que no se quería arriesgar, y Santa Cruz, al que el técnico pamplonés vio bastante fatigado tras su viaje transoceánico para disputar un par de encuentros con Paraguay.

El Espanyol, que hace bien poco también tenía muy negro su futuro en la élite, comparece hoy con la misma intención del Málaga de sentenciar la salvación, así que acudirá con el disfraz de visitante molesto. No obstante, dicen que los niños siempre vienen con un pan debajo del brazo...

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