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Lanzadera Los Cármenes

  • Continuidad El Málaga porfía una victoria que haga mejor aún la lograda ante el Sevilla la semana pasada Catarsis El vestuario comparece más concienciado que nunca de meterse en puesto europeo

"Bravo, carajo", espetó Manuel Pellegrini en cuanto acabó el Málaga-Sevilla. Por dos segundos, no más, antes de retomar la seriedad y felicitar a sus compañeros de banquillo, el chileno abandonó ese rictus serio que se impone. Zarandeó los puños apretados, desencajado. Y así permitió que se leyera en su rostro la tremenda importancia de esos tres puntos. Si el partido también acaba hoy con victoria, se puede apostar fuerte por la repetición del gesto del Ingeniero. Los Cármenes es un atajo a Europa.

Hace tres semanas el Málaga también cerraba una jornada con resultados pintiparados para dar el hachazo a sus predecesores. Los blanquiazules pretenden que el único parecido sea el del epílogo de la jornada. En los últimos días ha nacido un serio intento de catarsis que pasa por mirar exclusivamente el rendimiento propio. Por ese aro entra también el entrenador, dispuesto a mantener una misma idea táctica y de protagonistas salvo que, como esta jornada, las lesiones y sanciones lo obliguen. Si Isco y Sergio Sánchez no estuvieran lesionados, a buen seguro repetirían los mismos héroes de la semana pasada.

En el intento por buscar la velocidad de crucero anda también el Granada. Raro, porque Abel Resino sólo lleva una jornada de experiencia como rojiblanco. Pero sucede que los jugadores del Granada han tenido un flechazo con el nuevo entrenador. Sienten que Abel les ha quitado el corsé que creían tener con Fabri. Muchos ni han dudado en escupir sobre la lápida del técnico gallego; apenas necesitaron unos días para decir sin cortapisas que ahora jugarán a algo que les gusta más. Buena bienvenida para el técnico entrante, feo tremendo para el hombre que retrasó el tiempo cuatro décadas en la ciudad nazarí.

Abel y Henrique, el brasileño en principio en el banquillo, son el soplo de aire fresco para la permanencia. Líneas juntas y adelantadas con puñales por bandas dice la nueva partitura. Tampoco el Málaga debe obsesionarse con eso. Si Cazorla continúa liberado para jugar hacia arriba, Maresca aporta veteranía, Demichelis y Weligton continúan en sintonía y Rondón y Sebas Fernández muerden tanto en la presión como a la contra, los blanquiazules verán allanado el camino hacia la victoria. De hecho, si a ambos les salen los planes, el partido intenso quedará garantizado.

Ha elegido el Málaga no inspirarse en favores ajenos ni otras motivaciones para llegar al fin a la continuidad que exigen los puestos europeos. Pero en la retina se amontonan montones de salidas decepcionantes esta temporada. Lejos de La Rosaleda tiene el equipo su reválida para mejorar los números de la primera. De lograrlo, Europa sería un hecho, incluso más cerca de los puestos de Liga de Campeones que de Europa League. Athletic, Espanyol y Atlético prometen guerra; a los de Manuel Pellegrini les toca quitarse la careta y confirmar su candidatura. Algo inimaginable en esos derbis de tralla de los 70 en Los Cármenes. La historia los retoma en un clima más amable, pero también bonito. Un derbi ideal.

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